La erradicación de cultivos de coca, utilizando al Ejército provocan violentos enfrentamientos entre militares y campesinos | Foto REBELION.ORG

**En los últimos 50 años los gobiernos colombianos han impulsado una agenda prohibicionista, con muy poco éxito porque el flujo de drogas ilegales nunca ha cesado**

CIUDAD MCY.- Uno de los temas que preocupa al gobierno de Estados Unidos es la Cumbre Regional Antidrogas, donde participará Centro y Suramérica, propuesta por el presidente colombiano Gustavo Petro, para discutir la política de drogas, lo que generó una ola de noticias falsas para impedir la reunión a la que no fue invitado EEUU.

Para esta cumbre estarán expertos de Bolivia, nación con la mayor producción legal de hoja de coca destinada para la comercialización y consumo doméstico. El objetivo no es solo proponer cambios a la política actual contra el narcotráfico, sino evaluarla, comparar cifras, “ver objetivamente si conduce a algún puerto o si nos está hundiendo en el fondo de un abismo violento”, expresó Petro.

En dicha cumbre participarían los presidentes de México, Andrés Manuel López Obrador; Jair Bolsonaro de Brasil, Gabriel Boric de Chile, Luis Arce de Bolivia, Alberto Fernández de Argentina, Pedro Castillo de Perú, Xiomara Castro de Honduras y, posiblemente, Guillermo Lasso de Ecuador y Daniel Ortega de Nicaragua. Otros mandatarios latinoamericanos no han confirmado aún su asistencia.

Colombia es uno de los mayores productores de narcóticos del mundo. En 2021, el gobierno de EEUU estimó que producía más de un millón de kilogramos de cocaína, la mayor cantidad del mundo y más que la suma de la producida por los países más cercanos, Perú y Bolivia. En 2020, Colombia registraba 143 mil hectáreas de coca sembrada y mil 228 toneladas producidas que fueron enviadas en gran parte a EEUU y Europa.

Durante los últimos 50 años los sucesivos gobiernos colombianos han impulsado una agenda prohibicionista, restringiendo el comercio y el consumo de drogas para golpear las arcas de los criminales, con muy poco éxito porque el flujo de drogas ilegales nunca cesó.

La nuevas estrategias contrastan con las de anteriores gobiernos colombianos cuyos objetivos anuales de erradicación de cultivos de coca, utilizando al Ejército para llevar a cabo estas tareas, provocaban muy a menudo violentos enfrentamientos entre militares y campesinos locales quienes defendían sus cultivos, única alternativa de sobrevida.

En 2016 del gobierno colombiano estimó que el narcotráfico principalmente de cocaína, vendido en los mercados internacionales de Europa, EEUU y Asia equivalía al 3,8% del PIB colombiano en ese momento. En comparación, el consumo de drogas ilegales -las que se consumen ilegalmente en Colombia y donde la marihuana juega un papel más importante- suponía el 0,75% del PBI colombiano.

Marcos Gavidia | Fuente: NODAL /RT