Gratitud a los héroes en el rescatede Las Tejerías | Fotos: Yorman Pernalete/ María Fernanda Gil

*** “Después de la tormenta, siempre llega la calma”, este viejo y conocido adagio nos anima a ser optimistas y reconocer que cuando las circunstancias son adversas, nunca se debe perder la fe ***

CIUDAD MCY.- El pasado sábado 08 de octubre el estado Aragua vivió una gran tragedia natural cuando las fuertes lluvias causadas por la onda tropical número 41 generaron una serie de deslaves, inundaciones y damnificaciones que afectaron diversas zonas del país, pero especialmente la localidad de Las Tejerías, ubicada en el municipio Santos Michelena del estado Aragua.

Aunque resulta aún muy doloroso recordar a las personas que perdieron la vida en este lamentable acontecimiento natural, sin olvidar las que aún permanecen desaparecidas, es importante destacar la notable y loable labor que están realizando en el lugar de los hechos los equipos de rescate, cuerpos de seguridad, personal médico, sabuesos, religiosos y demás voluntarios, quienes se han sumado a ayudar y colaborar, pero que además han arriesgado sus vidas por salvar la de otros, que se encuentran todavía muy afectados, en situación vulnerable y de alto riesgo.

 

Personal médico

Para todos esos hombres y mujeres que han trabajado incansablemente por rescatar con vida a personas que se encuentran aún atrapadas por el lodo, no hay manera cómo pagar tanta entrega y colaboración brindada.

Todos ellos merecen una ovación de pie y un fuerte abrazo muy sincero desde lo más profundo del corazón, porque son verdaderos héroes, aunque sus nombres no se conozcan y queden en el anonimato.

Las acciones de todos estos héroes anónimos han servido de ejemplo para que más personas, autoridades y demás cuerpos de seguridad de otros estados se sumen a ayudar y permitan a los lugareños mantener la viva la esperanza, porque no se encuentran sólo.

 

Con ayuda de los caninos se agilizado la búsqueda

Dice un muy conocido refrán “que después de la tormenta, siempre llega la calma”, pero sobre todo esta frase nos anima a ser optimistas y reconocer que cuando las circunstancias son adversas, nunca se debe perder la fe.

ANDREÍNA LEÓN