CIUDAD MCY.- El 16 de junio de 1822, en medio de cohetes, fuegos artificiales y repiques de campanas, El Libertador Simón Bolívar conoció a Manuela Sáenz, una destacada prócer de la historia independentista de Ecuador y la Patria Grande, quien se convertiría en el gran amor de su vida y su más fiel defensora.

Ese día, Bolívar entró a Quito entre aclamaciones, recién liberada la ciudad del dominio español. Le precedía Antonio José Sucre, el héroe de la batalla de Pichincha (Ecuador), siendo aclamados ambos como sus libertadores en una gran fiesta popular.

Desde los balcones les eran lanzadas flores por bellas y jóvenes mujeres del pueblo. Entre ellas se encontraba Manuelita Sáenz, con 24 años de edad para el momento, y quien se enamoraría de Bolívar el mismo día, en el baile del municipio.

Manuelita, quien nació en Quito en 1795, sería el gran amor de Bolívar hasta 1830. Era hija “natural” de Simón Sáenz, comerciante español y realista, y de María Joaquina de Aizpuru, bella mujer hija de españoles de linaje, quien en el futuro tomaría partido por los rebeldes antiimperialistas.

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