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***Las efemérides funcionan para recordarle a los seres humanos el por qué acerca de ciertos temas, y este 29 de septiembre el protagonista es el corazón, el órgano que, al igual que el cerebro, mantiene al humano operante***

CIUDAD MCY.- El Día Mundial del Corazón se celebra cada 29 de septiembre y tiene como objetivo concienciar a la población sobre la importancia de la salud cardiovascular.

Este día, instituciones de salud y organizaciones no gubernamentales alrededor del mundo se unen para promover hábitos saludables y resaltar la necesidad de cuidar del corazón, un órgano vital que juega un papel crucial en el bienestar general del ser humano.

Cuidar del corazón implica adoptar una serie de medidas que favorezcan la salud cardiovascular.

La alimentación es uno de los aspectos más relevantes; una dieta equilibrada rica en frutas, verduras, granos enteros y grasas saludables ayuda a mantener los niveles de colesterol y presión arterial en rangos adecuados.

Además, es fundamental evitar el consumo excesivo de azúcares y grasas saturadas, que pueden contribuir al desarrollo de enfermedades cardíacas.

La actividad física regular también es esencial para mantener un corazón sano.

Realizar al menos 150 minutos de ejercicio moderado cada semana, como caminar, nadar o andar en bicicleta, no solo fortalece el músculo cardíaco, sino que también mejora la circulación sanguínea y ayuda a controlar el peso.

Asimismo, la actividad física reduce el estrés, un factor que puede perjudicar la salud cardiovascular.

El cuidado del corazón no se limita solo a la alimentación y el ejercicio; también es importante realizar chequeos médicos periódicos.

Estos exámenes permiten detectar a tiempo problemas como hipertensión, diabetes o colesterol alto, que pueden aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas.

La prevención es clave, y estar atento a las señales que el cuerpo envía puede marcar la diferencia en la salud a largo plazo.

Cuidar del corazón es indispensable para mantener una vida tranquila y plena.

Un corazón sano permite disfrutar de actividades cotidianas sin restricciones, brinda energía y vitalidad, y contribuye a una mejor calidad de vida.

Además, reduce el riesgo de enfermedades crónicas que pueden afectar no solo la salud física, sino también la salud mental y emocional.

Adoptar hábitos saludables, realizar chequeos médicos y ser conscientes de los riesgos son acciones que cada persona puede tomar para protegerse.

Cuidar del corazón es cuidar de sí mismo y, al hacerlo, se abre la puerta a una vida más tranquila y saludable.

MARÍA JOSÉ PARRA