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CIUDAD MCY.-La LVBP se está alistando para ver a una mujer árbitro en partidos oficiales. Ya se hizo una prueba en el Juego de Estrellas y la elegida, Wanda Rodríguez, la pasó. Ese día la merideña de 21 años de edad fue umpire principal ante el asombro de los peloteros y la mirada de 15.000 personas en el Estadio Monumental Simón Bolívar de Caracas.

“Sentía muchos nervios y estaba ansiosa”, reconoció Rodríguez sobre su experiencia de esa noche en La Rinconada. “En esta profesión es más difícil controlar la ansiedad que el miedo. Porque del miedo aprendes, pero la ansiedad si no la puedes controlar te abruman las ganas de hacer las cosas bien, el querer resaltar y no fallar. Puedes perder la concentración”.

A pesar de eso, su recuerdo de esa primera experiencia es positivo. Sobre todo, en lo que se refiere al trato que recibió. “Los jugadores se quedaron sorprendidos de ver a una dama en el home plate y sobre todo de mi edad. Todos me trataron con mucho profesionalismo”, aseguró.

También quedó satisfecho Miguel Hernández, Coordinador de Árbitros de la LVBP y quien se ha convertido en una suerte de mentor de Wanda Rodríguez. Tanta confianza tiene en la joven, que cree que muy pronto podrá debutar en un encuentro oficial del circuito venezolano.

“En el Juego de Estrellas vio lanzamientos de calidad a los que no está acostumbrada y tal vez se vio confundida, también por los nervios. Pero en términos generales tuvo un buen manejo de su temperamento y mecánica y acertó un porcentaje alto en la zona de strike. Fue buena su reacción y su movilidad y estamos muy satisfechos con lo que vimos ese día”, evaluó Hernández.

“Creo que la temporada que viene puede ser un buen termómetro para que empiece a trabajar”, apuntó. “Queremos que vaya lista y se mantenga en el tiempo. Se le recibió con un detalle en ese camerino de hombres en el Juego de Estrellas y fue muy emotivo lo que pudimos ver esa noche”.

Un camino de paciencia y aprendizaje

Rodríguez no llegó de la nada al duelo entre las luminarias venezolanas y el equipo Japan Breeze. El camino que la llevó al estadio caraqueño comenzó hace más de dos años, cuando recibió una invitación que la sorprendió.

“Pertenecía a la selección del estado Mérida en la Liga Femenina y en ese entonces varias personas, entre ellas Anabel González, me plantearon que, si quería pertenecer a esta profesión y eso despertó mi curiosidad”, recordó. “Hice mi primer taller y luego otro en Mérida y me dieron una beca para el campamento del señor Miguel (Hernández)”.

“Al principio estaba dudosa, pero le fue gustando”, dijo el Coordinador de Árbitros de la LVBP. “Fue a Barquisimeto y comenzó su andar en la liga central, en la liga Izturis y los campeonatos nacionales. La federación la ha ayudado mucho. Fue desarrollándose en el beisbol menor y el femenino y luego fue a la Dominican Summer League el año pasado y tuvo una muy buena actuación en esa liga Rookie. Tiene que seguir trabajando, está en proceso de aprender mecánica y desplazamiento”.

Para Rodríguez, ser árbitro en el béisbol no es sólo una profesión, sino que también es una forma de vida: “Es algo que se lleva por dentro. Debes tener mucha confianza en tu trabajo y en lo cotidiano. Hay que ser respetuosa, íntegra y profesional para ganarte el respeto de los jugadores. Dar a entender que sabes lo que estás haciendo y en qué mundo estas entrando y no hay que dejar atrás la humildad”.

“Mi proceso de formación como árbitro ha sido difícil. He tenido que ser paciente y tener mucho trabajo y dedicación porque el arbitraje no se deja de estudiar. Todos los días hay que estar leyendo y aprendiendo tanto en el campo como teóricamente. Es importante estar siempre actualizándose”, agregó.

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