CIUDAD MCY.- Ese solar inculto que un día fue el lugar donde se erigió la Plaza de Toros de Calicanto hoy por hoy es una de las joyas culturales de la tauromaquia Iberoamericana, dando a la ciudad de Maracay identidad, personalidad y sitio de urbe importante.
Declarada Monumento Histórico Nacional el 15 de abril de 1994, según Gaceta N° 35.441, es considerada por muchos artistas, cultores e historiadores como la Plaza de Toros más bonita del mundo, por su gran valor histórico y arqueológico, que sin lugar a dudas representa la evolución cultural del estado.
La Maestranza es una plaza realmente hermosa que en ocasiones ha estado brillante y en otras opaca, pero siempre ha conservado su grandeza y majestuosidad característica.
Su protección y conservación se ve justificada desde el punto de vista legal y cultural para las futuras generaciones, como parte de la memoria colectiva de la entidad y la nación. Por ello, en la Ley de Protección y Conservación de Antigüedades y Obras Artística de la Nación en su artículo 3 establece que “se prohíbe destruir, reformar, reparar, cambiar de destino de ubicación, los monumentos y demás obras que constituyen el patrimonio histórico y artístico de la nación, sin el previo consentimiento del Ejecutivo Federal”.
Por este articulado se generó una gran polémica en el año 2000, cuando la alcaldía de turno en Girardot cambió el tradicional color amarillo de su infraestructura por el color rosado. Por supuesto está acción hizo sonar las alarmas de la colectividad en general.
El ya desaparecido cronista de Maracay, Oldman Botello, en su momento defendió el color rosado, aunque no tuvo pruebas que certificara su justificación. Sin embargo al momento de escribir la primera edición de su libro El Toreo en Aragua le preguntó a Don Florencio Gómez, y este le dijo que los colores eran rosa y rojo.
En una refacción que tuvo la Maestranza en 1983, para las bodas de oro de la plaza, se le hizo otra profunda remodelación y se pintó de color amarillo y desde esa fecha se mantuvo así.
Por el contrario, el arquitecto Ernesto Valdivieso sembró la duda al recordar que la obra fue inspirada en el capote sevillano, argumentando que en la parte interna de la Plaza como los pasillos estaba el rosa quemado y en los exteriores el amarillo albano.
Elpidio Fuente, quien es el conserje de la Plaza de Toros de Maracay desde 1962, destaca que desde que tiene uso de razón recuerda al coso calicantino de color amarillo, pero no tiene como comprobarlo. “Muchos dicen que era rosada, porque el general Gómez se la obsequió a una novia que tenía y de allí el color rosado”, dijo.
Por su parte, tomamos el testimonio de Doña Guillermina Guanare de Ledezma, quien tiene 99 años de edad, y era muy aficionada a la fiesta brava para su época, viendo torear a “Manolete”, Luis Miguel Dominguín, César Girón, al “Diamante Negro” y muchos otros toreros en la Maestranza de Maracay. Ella rememora que “los colores de la plaza eran blanco y amarillo clarito; no amarillo, real, ni tostado”. Contó que la primera vez que conoció la Plaza ella tenía 11 años de edad, “sus puertas eran majestuosas, hechas de madera color caoba”, recuerda.
En la actualidad, la Alcaldía de Girardot se encuentra restaurándola para llevarla a su verdadero estado original, por lo cual se encuentran investigando a profundidad el verdadero color de la Plaza.
También es preciso destacar que, en los alrededores de la Plaza es posible encontrar todavía algunas esculturas importantes, entre las que destaca La Girondina, realizada en bronce por Emilio Laíz Campos, que sirvió para homenajear a la leyenda del toreo, César Girón, en su faena frente a un toro.
EL DATO
Elpidio Fuentes, en el año 2007, recibió el “Premio al Buen Ciudadano por la Alcaldía de Girardot”, reconocimiento otorgado para enaltecer el trabajo y constancia de los hombres de nuestra región.
¿SABÍAS QUÉ?
La única boda llevada a cabo en la Plaza de Toros de Maracay es la del señor Elpidio Fuentes y la señora Miriam Díaz.
ANDREÍNA LEÓN