CIUDAD MCY.- La sordera puede detectarse y tratarse en los primeros meses de vida del bebé. La prueba de la audición de Emisiones Otoacústicas, debe hacerse a todos los recién nacidos, preferiblemente antes de que a la madre y al bebé le den el alta de la maternidad o, si no fuera posible por alguna razón, en el primer mes de vida.

 El examen puede mostrar problemas óseos o signos de cambios genéticos que pueden causar hipoacusia o sordera. Sin esta primera evaluación a los recién nacidos, es difícil saber si hay cambios auditivos en los primeros meses y años de la vida del bebé.

 Los bebés sordos o hipoacúsicos pueden escuchar algunos sonidos, pero no oír lo suficiente como para entender el lenguaje hablado, lo que puede impactar de forma negativa sus futuras destrezas de comunicación y lenguaje y, a largo plazo, también impactará los logros académicos y el desarrollo socioemocional del niño.

 La Otorrino, doctora Gabriela Ibedaca, explicó que en el Grupo Médico Santa Paula (GMSP), hay un esquema para el estudio audiológico de bebés recién nacidos, que permite observar si hay alguna deficiencia auditiva, “se les puede realizar una prueba de despistaje de emisiones otacústicas o screening auditivo neonatal”.

Señaló que cuando el niño nace los padres obtienen exámenes de laboratorio y evaluación pediátrica, se puede saber que ve en los primeros días, pero no se sabe si escucha.

 Por su parte, la especialista en audiología, licenciada Perla Moros, quien se encarga de realizar el despistaje o audiometría a los recién nacidos  con un equipo de Emisiones Otoacústicas.

Explicó que ese “es un estudio específico que realiza el audiólogo para saber cuánto es lo mínimo que escucha el ser humano, a través de frecuencias”.

Moros indicó que los niveles de conversación tienen que estar entre 0 y 25 decibeles, “si el paciente pasa de estos niveles estamos hablando de patología auditiva, y pueden ser pérdidas auditivas de tipo media, moderada, severa o profunda, según la respuesta del paciente, de acuerdo con el resultado se le puede aplicar un tratamiento de adaptación de prótesis o un tratamiento quirúrgico como el implante coclear”.

Estos problemas se pueden detectar en los recién nacidos de forma sencilla y rápida utilizando equipo de Emisiones Otoacústicas, método que mide las ondas sonoras producidas en el oído interno. Se coloca una sonda pequeña dentro del canal auditivo del bebé.

Esta sonda mide la respuesta (el eco) cuando se reproducen clics o tonos en los oídos del bebé. Es un examen rápido que dura aproximadamente 5 a 10 minutos, es indoloro y se puede realizar mientras el bebé está durmiendo o acostado quieto.

 El equipo está conectado por bluetooth a la laptop del audiólogo, que hace un informe y se le entrega al familiar del paciente, para que pueda ser interpretado por su pediatra o por el especialista otorrino.

La principal ventaja de este examen es que se puede aplicar apenas 48 horas después del nacimiento, para evitar falsos positivos. El despistaje se puede hacer hasta los seis meses de nacido, que sería lo ideal, o incluso hasta antes de cumplir los tres años de edad, cuando todavía es difícil que el niño diga si escucha o cómo escucha. De ahí en adelante se utilizaría otro tipo de equipo, buscando otras cosas en el niño.

La audióloga, Perla Moros, recomendó que los padres les apliquen estas pruebas a sus bebés, “aunque piensen que el niño está oyendo”. Explicó que “la manera correcta de explorar la audición en el recién nacido es a través de los equipos donde se detectan las emisiones otacústicas”, para hacer el diagnóstico y definir el tratamiento a seguir. El examen se realiza previa cita.

Por su parte, el Neonatólogo del GMSP, doctor Gerardo Pérez, advirtió que “un problema leve de sordera en el neonato puede estar desarrollado y enfocado con en base en el riesgo que tenga la mamá al momento de la concepción o durante la gestación”.

Indicó que los problemas virales, parasitarios y enfermedades de transmisión sexual pueden inducir a tener trastornos de la audición, por lo tanto, reiteró: “es importante hacer un screening a los recién nacidos, para la detección temprana y, automáticamente, comenzar a hacerle tratamientos y terapias al niño, para tratar de recuperar su audición”.

Falta educación

La doctora Ibedaca señaló que “falta mucha educación sobre el tema, incluso en las escuelas se debe dar charlas a los maestros, para saber cómo detectar alguna alteración auditiva, que puede ir acompañada con alteraciones del habla y falta de atención a las actividades, o a aquellos niños que son muy inquietos dentro del aula deben ser estudiados, ya que a muchos los catalogan como pacientes con trastornos dentro del espectro autista o con déficit de atención, y en realidad lo que tienen son alteraciones de la audición, y eso les impide su normal desenvolvimiento. Lo recomendable es que se consulte a un especialista, para descartar cualquier problema en oídos”.

CIUDAD MCY/ Agencias