CIUDAD MCY.- Vivir con discapacidad auditiva puede ser lo más semejante a ver la vida como en una película muda o sin audio. Movimientos, expresiones y gestos corporales, pero con una carente sensación sonora que limita la percepción global de la realidad, es la situación que viven las personas que carecen de este sentido.
Wilson Ávila, atleta sordo de la disciplina de baloncesto en el estado Aragua, lo sabe bien. Él nació sin su sentido auditivo, pero eso no ha sido impedimento para comunicarse, puesto que su mirada expresiva se mueve al compás de los movimientos de su cabeza y el resto de su cuerpo para enfatizar algo, mientras hace uso de la lengua de señas para comunicarse durante la entrevista.
Con gran orgullo comentó que inició en el mundo deportivo a muy temprana edad, participando en encuentros de voleibol con personas oyentes. Sin embargo, fue en el baloncesto donde logró acoplarse perfectamente al punto de ser seleccionado a nivel regional y nacional para defender los colores de la entidad y el país en diferentes competencias dentro y fuera de nuestras fronteras.
Con trabajo arduo para poder cumplir sus metas, logró participar en los Juegos Panamericanos de Argentina en el 2007, así como en los Juegos Sordolímpicos en China en el 2009, también acudió a las eliminatorias de los Juegos Sordolímpicos que se realizaron en EEUU, donde conquistaron el tercer lugar que le dio el pase a los Juegos Sordolímpicos en Turquía 2017, donde Venezuela conquistó la medalla de plata y fue reconocido junto a toda la delegación criolla por el Presidente Nicolás Maduro con la Orden José Félix Ribas.
Mientras Wilson relataba la conquista de sus méritos, a su izquierda se encontraba sentado Héctor Zárate, quien le traducía en lengua de señas lo que mi persona quería saber o comentar. Su gesticulación facial, además del constante movimiento de manos, afirmaba el mensaje que transmitía el intérprete.
Las próximas competencias a las que Wilson piensa acudir “si Dios se lo permite”, son los Juegos Panamericanos en Canadá, el Mundial en Grecia y los Juegos Sordolímpicos en Tokio, donde aspira conquistar el oro en las tres justas. Reconoce que no será tarea fácil, pero con bastante esfuerzo, entrenando duro y cuidando su alimentación para estar en forma podrá cumplir sus objetivos. Practica todos los sábados en la cancha de San José, ubicada frente al Colegio Fe y Alegría, de 8:00 am a 12 del mediodía, con oyentes.
Pese a las limitaciones sociales, él siempre se ha sentido una persona capaz y gracias a Dios ha contado con el apoyo de una familia que cree en la inclusión de las personas que poseen capacidades diferentes y desde pequeño lo han motivado a seguir adelante y luchar por lo que quiere.
“Tengo 36 años y llevo una vida normal. Trabajo, manejo, tengo un hijo de 15 años y aunque muchos se sorprenden cuando saben esto de mi vida porque soy sordo, les digo que carecer de un sentido no es una limitante, al contrario, la diferencia la marcan los oyentes, porque cortan la atención cuando notan la sordera de una persona y eso bloquea la comunicación hacia nosotros”, enfatizó.
Para sus compañeros sordos, Wilson es un líder nato, que quiere lograr la visibilización de la condición sorda en la población en general, porque asegura que los oyentes prestan más atención a las personas con discapacidades visuales o físicas como las personas en sillas de ruedas o con bastones que a los sordos. Para ello, desarrolla encuentros deportivos para enseñar la disciplina en niños oyentes y sordos de manera integrada y simultánea, para que exista unión y respeto, pero además para ir cultivando el semillero y forjando valores en las futuras generaciones a través del deporte.
Él cree que para romper con los paradigmas sociales y barreras comunicacionales es necesario crear un sistema de comunicación que permita mayor concienciación de la población “oyente” respecto a las necesidades sociológicas de los discapacitados auditivos.
“La sordera es invisible, es una discapacidad que a simple vista no se nota y, asimismo, se aparta de la realidad. Debe haber más capacitación sobre la lengua de señas para poder interactuar. Es un reto, no sólo como deportista, sino como sordo”, aseguró.
EL DATO
Wilson juega posición (4) Ala-pívot (5) Pívot en la cancha, pero la que más le gusta es la (5). Muchas veces le gusta ser capitán.
ANDREÍNA LEÓN / FOTO YORMAN PERNALETE