CIUDAD MCY.- Del impulso de este periodista, crítico, historiador, investigador y gestor cultual surgió en 1985 el Festival de Jóvenes Coreógrafos

La muerte de Aquiles Báez, a comienzos de esta semana en la ciudad alemana de Aachen, produjo una profunda consternación, puesta de manifiesto a través de los numerosos mensajes que inundaron las redes sociales apenas se conoció la noticia. El notable músico, guitarrista, arreglista y compositor falleció la madrugada del lunes 12 de septiembre, víctima de un ataque cardíaco fulminante, en la residencia de su amigo Ramón Arturo Aular. Su último concierto fue en Colonia, como parte de una gira que realizaba por Europa. Ya se había presentado en Madrid, Barcelona y Ginebra y aún tenía previsto actuar en París, Berlín, Tubingen, Hamburgo y Lisboa. Tenía 58 años de edad y una vasta legión de amigos y admiradores.

Había nacido en Caracas el 1° de marzo de 1964, aunque fue en La Vela de Coro donde transcurrieron los mejores momentos de su niñez, en la Casa Azul, la residencia familiar, a la que dedicaría una de sus más celebradas composiciones. Hijo de Pedro Báez y Ana María Reyes Lovera, tuvo un hermano morocho, Gustavo, periodista y cineasta, ya fallecido. Julio, su hermano mayor, sería quien le inculcara el amor por la música, al regalarle un cuatro, el primer instrumento que aprendió a tocar, antes de interesarse por la mandolina y la percusión.
En la adolescencia se viene a Caracas e inicia estudios académicos en el Conservatorio Simón Bolívar, donde se inclina por la guitarra, instrumento en el que descubrió que tenía habilidades especiales. En un documental que realizó Gian Piero Ciammariconi, con producción de Veramarja Correa, como tesis para obtener su licenciatura en Comunicación Social, Báez lo diría muy gráficamente: “La guitarra me había escogido a mí y yo no me había dado cuenta”.

En 1983 realiza la música de un cortometraje, titulado El rebusque, de Román Chamorro, su primera experiencia en las bandas sonoras, de las cuales llegó a hacer alrededor de 15, entre las que destacan las de Locuras de Mariana Rondón (1993), Los Ladrones llegaron ya y Acuérdate del diccionario, de su hermano Gustavo y, entre las más recientes, Libertador Morales, el justiciero (2009) y Qué buena broma Bromelia (2022), de Efterpi Charalambidis.

En 1994 crea Aquiles Báez y su Platabanda, un grupo inclasificable que tocaba jazz, ritmos afro-venezolanos y otras expresiones populares del Caribe. Con el proverbial sentido del humor que lo caracterizaba, decía que se trataba de “folclore heavy”. Sumó 17 discos en su trayectoria y 200 grabaciones con otros artistas.

Se va a Estados Unidos en 1996 para estudiar en el Berklee College of Music, en Boston. Después de dos semestres se retiró por considerar que estaba a un nivel más avanzado. Tanto era así, que posteriormente Berklee lo contrata como profesor. Poco después participa como músico invitado en los discos Central Avenue (1998) y Motherland (2000), del panameño Danilo Pérez, ambos nominados al Grammy. Además, ha actuado junto a estrellas de la estatura de Aquiles Machado, Simón Díaz, Serenata Guayanesa, Iván Pérez Rossi, John Patitucci, Romero Lubambo, Fareed Haque, Dawn Upshaw, Richard Bona, Luisito Quintero, Solo Razaf, Marco Pereira, Huáscar Barradas, Oscar Stagnaro y el Ensamble Gurrufío.

En medio de sus múltiples giras y conciertos, nacionales e internacionales, nunca dejó de desarrollar su trabajo académico en charlas, talleres, conferencias y clases magistrales, además de escribir artículos, sobre música y el oficio de músico, para diversas publicaciones.

Su última gira
Como ya dijimos, en el momento de su deceso se encontraba en plena gira por Europa, la primera que hacía después del encierro por la pandemia. Su principal inquietud era proyectar su arte a las audiencias foráneas, según lo expresó en una entrevista para El Estímulo antes de partir:

“Creo importante proyectar el trabajo que uno viene desarrollando en otras latitudes. Esto es muy interesante, porque me doy cuenta que la música que yo hago es universal, no se limita únicamente a tocarle a la diáspora venezolana, que por supuesto también aporta audiencia”.

En otra entrevista, con la periodista Linda D’Ambrosio para Venezuelan Press, había anunciado la pronta publicación de dos discos y la preparación de otros cinco. También acababa de hacer la música de la obra de teatro Mi último delirio, que su amigo, el actor y director Héctor Manrique, presenta en el Trasnocho Cultural con gran éxito de crítica y público.

Su fama internacional lo llevó a recorrer varios países de América, Europa y Asia, con presentaciones en lugares como el Lincoln Center de Nueva York, el Kennedy Center de Washington y el Sydney Opera House de Australia. En Japón también era muy apreciado su arte guitarrístico.

Tenía una hija, Andrea, producto de su primer matrimonio con la fotógrafa Natalia Brand. Estaba casado con la cantante Ana Isabel Domínguez.

De uno de sus artículos, titulado “La verdad en la música”, publicado en junio pasado por la web musicavenezolana.com, hay una reflexión que lo retrata cabalmente como creador:

“Por suerte hay diversos caminos en el mundo de la música. Con toda humildad digo que yo vivo en el mundo de las ideas, donde como artista hay que esforzarse por años para llegar a un nivel deseado. Es un mundo en donde el proceso es fundamental, donde se estimula a la preparación, a las ideas y a las verdades. Estamos en una época no solo banal, sino que todo tiene que ser inmediato, no se respetan los debidos procesos y se apuesta a resultados no solo inmediatos, sino vacíos por falta de consistencia”.

Sin duda, una muy buena descripción de su credo artístico.

Testimonios de una vida
“Uno de los artistas que más me ha inspirado y un gran ser humano”.
Jorge Glem

“Hoy somos menos. Me acaban de informar que nuestro admirado y querido músico y mi amigo entrañable, Aquiles Baez, ha fallecido. Es desoladora e injusta esta noticia. Aquiles es una de las personas más creativas y generosas que he conocido”.
Héctor Manrique

“Impacto, y mucha tristeza saber de la muerte de Aquiles Báez, un músico excepcional. Venezuela pierde uno de sus talentos más grandes. Aquiles querido, donde estés, te mando mi admiración y cariño”.
EDO

“Gracias por ser una inspiración en la música y un hermano mayor en la vida. Sin tu apoyo incondicional no hubiese llegado ni a la esquina”.
Álvaro Paiva Bimbo

“¡No lo puedo creer! Terrible noticia. Aquiles era un gran amigo de muchísimos años. Trabajamos en algunos proyectos juntos y viajamos mucho por el país. Me da un gran dolor”.
Leonardo Padrón

“Cómo olvidar a este gran amigo y compañero de aventuras”.
Claudio Nazoa

“Me quedé con las ganas de llevar a cabo el proyecto que teníamos de grabar un disco juntos. ¡Qué profunda tristeza!”.
Miguel Delgado Estévez

“Enorme pérdida para Venezuela y para todos quienes lo quisimos y admiramos. Un maestro en todo sentido el gran Aquiles”.
Raúl Lotitto

“Humilde, como los grandes. Sencillo y de buen humor”.
Pedro Luis Flores