Ciudad MCY.- El papa Francisco realizó hoy un viaje pastoral a la norteña ciudad italiana de Venecia, donde visitó una cárcel y concluyó con una misa en la Plaza de San Marcos.

De acuerdo con un comunicado divulgado por la oficina de prensa de la Santa Sede, el pontífice arribó a las 07:55 hora local en helicóptero al patio del centro de detención de mujeres de Venecia-Giudecca, donde fue recibido por el patriarca veneciano, Francesco Moraglia y el ministro de Justicia italiano, Carlo Nordio.

Se reunió con los presos en ese lugar, en un acto en el que estuvieron presentes miembros del personal administrativo, policías del penal y voluntarios, y pronunció un discurso donde expresó la importancia de que la dignidad de las mujeres y los hombres no sea aislada, sino “promovida mediante el respeto mutuo y el cuidado de los talentos y capacidades”.

Posteriormente, en la iglesia de la Magdalena efectuó un encuentro con artistas participantes en la Bienal de Arte de Venecia y señaló que tras un reunión con los creadores artísticos efectuada en la Capilla Sixtina en junio del pasado año sintió la necesidad de “venir a tu casa”, para “agradecerte lo que eres y lo que haces”.

Luego de saludar a las autoridades y artistas participantes en la exposición, el papa abandonó la isla de Giudecca y se dirigió a la basílica de Santa Maria della Salute para un encuentro a las 09:35 hora local con unos mil 500 jóvenes allí reunidos.

En sus palabras a la juventud señaló que “a menudo nos encontramos luchando contra una fuerza de gravedad negativa que nos deprime”, y “hoy vivimos con emociones rápidas, sensaciones momentáneas, instintos que duran instantes, pero así no se llega muy lejos”.

“Los campeones deportivos, así como los artistas y científicos, demuestran que los grandes objetivos no se pueden alcanzar en un instante, todos a la vez”, expresó, y añadió que ante los retos “debemos tener perseverancia y seguir siempre hacia adelante” y “hacerlo juntos”.

En la plaza de San Marcos, a las 10:40 hora local, el obispo de Roma presidió la Santa Misa, y allí apuntó que “miramos hoy esta ciudad de Venecia, admiramos su encantadora belleza, pero también nos preocupan los numerosos problemas que la amenazan, como el cambio climático, que tiene un impacto en las aguas de la Laguna y en el territorio, la fragilidad de los edificios, del patrimonio cultural.

Se refirió también a la fragilidad “de las personas; la dificultad de crear un entorno a escala humana mediante una adecuada gestión turística”, así como “lo que estas realidades corren el riesgo de generar en términos de relaciones sociales desgastadas, individualismo y soledad”.

Prensa Latina