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CIUDAD MCY.-  Las bebidas fermentadas están en auge entre las personas preocupadas por la salud y la alimentación. Sin embargo, no es habitual oír hablar de las contraindicaciones del kéfir, por ejemplo. A pesar de sus múltiples beneficios, estas también existen. 

Y aunque los problemas graves relacionados con su ingesta son raros, en algunas ocasiones no está indicado su consumo o pueden aparecer efectos secundarios. Te invitamos a conocer más sobre esta bebida en el siguiente artículo.

¿Qué es el kéfir?

El kéfir es un alimento fermentado cuyo consumo se originó en el Cáucaso y hoy en día se ha expandido alrededor del mundo. Se prepara a partir de los gránulos de kéfir, una mezcla de bacterias y levaduras que fermentan el líquido en el que se sumergen.

El tipo más conocido es el de leche de vaca. Ahora bien, en la actualidad se encuentran en el mercado otras variedades elaboradas a partir de agua, bebidas vegetales o leches de cabra u oveja.

Su principal punto fuerte a nivel nutricional es el aporte de microorganismos con una acción probiótica. Además, si se ha preparado con leche de vaca o de cabra posee todos los nutrientes que puede tener un yogur: proteínas, calcio, fósforo, zinc, vitamina A o B12. 

La mayoría de las personas lo consumen para mejorar algunos aspectos como la digestión, el estreñimiento y la actividad inmune. Se considera un alimento sano. Pero en algunos casos, el kéfir puede presentar contraindicaciones, ya que no todo el mundo lo tolera de forma positiva.

Algunos beneficios del kéfir

Los principales efectos positivos que tiene el kéfir en el organismo son debidos a la presencia de los microorganismos conocidos como probióticos. Suelen estar presentes las bacterias Lactobacillus, Lactococcus o Streptococcus y algunas levaduras (Saccharomyces, Kluyveromyces, y Candida). Se encuentran en cantidades mayores que en el yogur. 

Aunque en algunos casos la evidencia no es del todo concluyente, por el momento la ciencia ha relacionado el consumo regular de kéfir con los siguientes beneficios que comentaremos.

Efectos sobre la microbiota

Los organismos que habitan en el intestino son de los principales beneficiados con la ingesta de kéfir. Se aportan microorganismos positivos y se colabora en la alimentación de los que ya residen en el colon. 

El crecimiento de las bacterias beneficiosas, como Lactobacillus y Bifidobacterium, se produce en paralelo a una disminución de las especies dañinas. Se ha observado que se reduce la severidad de las intoxicaciones por Giardia y Salmonella.

Así como se indica en un artículo publicado en la revista Medicine, se pueden mejorar algunos problemas y enfermedades del tracto digestivo. Es positivo para acompañar el tratamiento de la diarrea y para mejorar los síntomas cuando existe infección por Helicobacter pylori o síndrome de colon irritable.

Capacidad antifúngica y antibacteriana

Este tipo de bebida fermentada se ha probado contra un amplio espectro de patógenos, encontrando una acción antimicrobiana parecida a algunos de los antibióticos de uso más habitual.

Efectos en el sistema inmune

Durante el proceso de fermentación aparecen una serie de compuestos bioactivos con distintas actividades en el organismo. Una de ellas es la activación de la acción inmune que, por el momento, se ha podido observar en modelos animales.

Colesterol y enfermedades cardiovasculares

Se conoce que los problemas de salud relacionados con el corazón y el sistema circulatorio son una de las principales causas de muerte en el mundo occidental. El colesterol elevado en sangre es uno de los factores de riesgo. 

En este caso, la dieta puede ser de gran ayuda y el proceso de fermentación de productos como el kéfir también. Con la acción de los microorganismos parece ser que disminuye la cantidad de colesterol que se encuentra de forma natural en la leche. 

Otra acción observada es una menor absorción del colesterol que se ingiere con los alimentos. En pruebas con ratones se ha comprobado una disminución del colesterol total, el LDL o malo y los triglicéridos en el plasma sanguíneo.

Contraindicaciones del  kéfir

Los alimentos probióticos son estimados como productos fiables. Sin embargo, los autores del citado artículo de la revista Medicine también señalan la posible aparición de inconvenientes y algunas condiciones en las que el uso no se considera seguro. Las comentamos a continuación.

1. Aparición de molestias

Su ingesta puede presentar efectos secundarios en algunas personas, sobre todo aquellas con el sistema digestivo más sensible. Los que aparecen de forma más habitual son los siguientes:

  • Hinchazón y flatulencias.
  • Náuseas.
  • Estreñimiento.

En muchos casos suelen desaparecer con el tiempo y con el consumo continuado. También se puede introducir el fermentado de manera espaciada o bien en pequeñas cantidades. Si la situación no mejora es preferible retirarlo. 

2. Contraindicaciones del kéfir en las enfermedades con inmunodeficiencia

También es conveniente ser cautos a la hora de tomarlos si se sufren este tipo de problemas de salud, como el lupus, la artritis reumatoide o el SIDA. Tampoco conviene cuando se administran medicamentos para disminuir la acción del sistema inmune.

3. Infecciones recurrentes por levaduras u hongos

Otra de las contraindicaciones del kéfir es para aquellas personas que padecen infecciones por levaduras, como es el caso de la candidiasis. Aunque se ha visto que los microorganismos que aportan las bebidas fermentadas ayudan a combatir los patógenos, no ocurre así en todas las personas.

Receta para preparar kéfir de agua en casa

Fermentar alimentos es un proceso que también se puede hacer en casa, ya que no es necesario hacer una inversión económica para probarlo. Con algunos utensilios de cocina habituales es suficiente.

Se necesita obtener unos gránulos de kéfir primero. Por norma general, estos no se venden, sino que se pasan entre usuarios. Una buena opción es preguntar en los herbolarios cercanos o bien buscar en foros de internet.

Para poder empezar a experimentar compartimos a continuación el paso a paso de la preparación del kéfir de agua.

Ingredientes necesarios para preparar kéfir de agua

  • 1 litro de agua filtrada o embotellada.
  • 40 gramos de azúcar.
  • 4 cucharadas de gránulos.
  • 20 gramos de pasas.

Paso a paso

  1. En primer lugar, templar un poco de agua (el equivalente a una taza). Añadir el azúcar y mezclar hasta que este se disuelva.
  2. Agregar el resto del agua a temperatura ambiente e introducirlo en una botella o jarra de cristal. Poner los gránulos del kéfir y las pasas. En vez de estas, también es posible agregar otros frutos deshidratados, como dátiles o higos secos.
  3. Tapar con un paño y dejar fermentar durante 48 horas. Este tiempo puede variar según si gusta más o menos fuerte. Lo ideal es situarlo en una zona cálida con una temperatura entre los 20 y los 30 ºC.
  4. Pasado el tiempo de fermentación, colar el preparado y conservar en la nevera. La bebida así preparada ya está a punto para consumir y los gránulos de kéfir se pueden separar con facilidad para volver a usarlos.

Para obtener más variantes de la receta se puede experimentar con distintos sabores. Las posibilidades son infinitas y se adaptan al gusto de cada uno: gotitas de extracto de vainilla, hojas de menta fresca, 3 o 4 rodajas de fruta o un poquito de infusión de jengibre.

Los beneficios superan las contraindicaciones del kéfir

En general, el kéfir de agua o de leche es un alimento seguro y es recomendable incluirlo en la dieta diaria. Aunque debido a los posibles efectos negativos es conveniente introducirlo poco a poco y probar primero la tolerancia.

No obstante, un consumo excesivo tampoco produce más beneficios para la salud. En este caso, se puede combinar con otros alimentos fermentados y productos lácteos, como el queso o el yogur.

La mayoría de los kéfires que se pueden encontrar en el mercado están preparados con leche, ya sea de vaca o de cabra. Sin embargo, para las personas alérgicas existen también otras versiones hechas a partir de bebidas vegetales o de agua. 

Debido a la acción de las bacterias en los productos fermentados, la lactosa se convierte en ácido láctico, por lo que las cantidades finales son menores que en la leche. Por ello, pueden ser mejor aceptados por las personas con intolerancia a este azúcar.

Fuente El Aragueño