CIUDAD MCY.- Un representante de la Federación Médica de Ecuador, Alberto Narváez, declaró este sábado que ese país hace frente al pico más alto de la Covid-19 tras la llegada de la variante Ómicron, ya predominante, y que los contagios tardarán en descender varias semanas.
Durante una conferencia de prensa, el epidemiólogo señaló que, de acuerdo con sus cálculos, el número de nuevos positivos al coronavirus SARS-CoV-2 por día, a nivel nacional, oscila entre 15.000 y 20.000.
Narváez señaló que en el país escasean las pruebas diagnósticas y está atrasada la actualización del registro de casos creado por las autoridades sanitarias.
Precisó que en estos momentos el índice de contagios a nivel nacional se sitúa en 10, o sea, un infectado puede contagiar a otras 10 personas y ello se reproduce de manera exponencial, dijo.
Explicó que en el caso de Ecuador el virus halla condiciones propicias para transmitirse a mayor velocidad a partir de la alta humedad de enero y febrero, por lo que los contagios no disminuirán de golpe (como ocurrió con Ómicron en Sudáfrica) sino tras cinco o seis semanas.
Mencionó la menor tasa de letalidad de esta variante, capaz de provocar la muerte de entre uno y siete pacientes por cada 1.000 contagios, en comparación con la cepa Delta, que sería de uno por cada 100 infectados.
Consideró que la variante Ómicron, predominante en el país, provocaría muchos contagiados pero pocos fallecidos, aunque alertó que el número de infectados podría desbordar las capacidades hospitalarias.
El pasado jueves, la ministra de Salud, Ximena Garzón, declaró durante una reunión del Comité de Operaciones de Emergencia (COE) nacional que el país experimenta un pico de contagios que no se veía desde el inicio del brote.
Añadió que resultan positivas al virus 52 de cada 100 pruebas de antígeno que se aplican, así como 47 de cada 100 test PCR. Reconoció que esto último podría aumentar.
Precisó que en la última semana se han detectado más contagios entre la población joven y los niños, e instó a vacunarse a las personas que no lo han hecho, pues resultan más vulnerables a la infección. El 81 por ciento de la población meta ya está inmunizada.
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