CIUDAD MCY.- Rezos, cantos continuos y un ambiente de fulgurante alegría acompañó a los palmeros de Chacao, que descendieron este sábado 9 de abril, desde el Parque Nacional Waraira Repano, en la tradicional bajada de las «palmas reales», una de las actividades más representativas de la venezolanidad en la Semana Mayor, que se desarrolla en el estado Miranda.

Vale recordar, que esta tradición, en 2019, fue declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, a favor de las Buenas Prácticas, por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, conocida abreviadamente como Unesco.

El pasado miércoles, los palmeros de Chacao, acompañados por Héctor Rodríguez, gobernador de Miranda, podaron la primera palmas en la profundidad del Bosque Nublado de la montaña.

Rodríguez destacó la importancia de este acto para la fe e idiosincrasia del venezolano y la venezolana. «Hemos podado esta primera palma del año 2022 y pedimos bendiciones para Venezuela. Que esta nueva poda sea el inicio de un nuevo ciclo de prosperidad, de salud y de paz política para el país».

Durante cuatro días las zona de Quebrada Quintero, denominada la Cueva de los Palmeros; en el área de corte conocida como: No te apures, y Sabas Nieves, recibieron a los palmeros que pernoctaron en la montaña con el cometido de ir a buscar las palmas, que acompañarán este domingo al acto simbólico que rememora el pasaje bíblico de la entrada de Jesús a la ciudad de Jerusalén.

Feligreses y devotos se acercaron este sábado a la entrada de Sabas Nieves, en el municipio Chacao, donde las autoridades municipales destacaron la colaboración y el apoyo de todas las instancias y de los organismos que hicieron posible la Organización de la actividad. Entre otros mencionó a los equipos de Protección Civil, Bomberos, Inparques, así cómo, el Ministerio de Ambientes.

Al respecto, Gustavo Duque, alcalde de Chacao indicó, que en esta actividad, la primera luego de la declaratoria por parte de la Unesco, participaron unas 500 personas; 400 adultos y 100 niños.

«Lamentablemente por la pandemia no pudimos realizar (la actividad) probablemente la más importante desde hace más de 200 años. Luego de la declaratoria de la Unesco, no habíamos tenido la oportunidad de bajar junto a los palmeros» precisó.

El burgomaestre destacó que la bajada de este año se hizo en honor de la memoria de Ramón Delgado, un «palmero mayor» que junto a otros compañeros, perdieron su vida en medio de la pandemia del Covid-19.

Vale señalar, que el paso de los palmeros es parte del esfuerzo que realiza la Asociación Civil y Ecológica Palmeros de Chacao, Palmeritos y Palmeros Mayor, conjuntamente a distintos grupos voluntarios buscan mantener una tradición que data desde hace más de 240 años, y representa una muestra de la inclusión social, la ciudadanía, la promoción de la paz, la protección a la naturaleza y a la biodiversidad, la unión y la paz en Venezuela.

Cerca de las 11:00 a.m. resonaron los tambores de la Parranda de San Pedro, de Guarenas y Guatire. En la actividad también participan, como tradicionalmente lo han hecho, la representación de San Juan Bautista, Los Bandos y Parrandas de los Santos Inocentes, corrientes culturales del estado Miranda que también fueron declarados como patrimonios culturales inmateriales de la humanidad.

Al respecto, Benito Irady, presidente del Centro de la Diversidad Cultural, ente adscrito al Ministerio de la Cultura, institución o núcleo focal que representa a la República Bolivariana de Venezuela ante la Unesco, precisó que la Palma Real o Palma Andina, como se conoce a la especie arbórea, data de por lo menos un siglo.

«Tienen una larga durabilidad. La especie tiene que darse en una parte muy alta de la montaña, en una región subparamo, que está a 1.200 metros sobre el nivel del mar, donde las van a buscar ellos».

Además, enfatizó que, hasta los momentos, de los 8 expedientes que el país introdujo ante la Unesco, el que más ha llamado la atención es el denominado: Programa Cultural para la Salvaguarda para la Tradición de la Palma Bendita en Venezuela.

«Ese expediente, se trata de un programa biocultural, que es la relación entre cultura y biodiversidad (naturaleza), llamó mucho la atención, porque una gran ciudad como Caracas, con 6 millones de habitantes, o más, con un urbanismo con estas características, que tiene resulta extraño que se mantenga una tradición vinculada la naturaleza», subrayó.

Declaró, que en el caso de la celebración del Domingo de Ramos, obedece a una actividad muy llamativa por el traslado «que hacen los que cuidan la naturaleza. Lo que llaman ellos la montaña nublada, y dónde está esa llamada Palma Real, de la cual, a penas ellos extraen un cogollo en la parte más alta. Los palmeros suben pero se comprometen que por cada palma a la que le quiten su cogollo, siembran dos más».

En sus declaraciones Irady, refirió que los palmeros con sus morrales a la espalda, llenos de barro rememoran una tradición que viene desde el siglo XVII introducida por un sacerdote Mohedano, de origen español quien también trajo por primera vez el café a Venezuela, quien pidió a los dueños de las haciendas de la zona de Chacao, prestaran sus esclavos para subir a la montaña y traer la palma para dedicarla a la semana Santa.

«A partir de ahí, data toda esta esta relación; es decir, es una actividad que se inicia de manera tradicional antes de que nuestro Libertador Simón Bolívar iniciará, esa campaña por todos los pueblos de América», dijo.

La bendición y la entrega de las palmas se realiza en todas las iglesias católicas este 10 de abril, cuando se celebran los ritos del domingo de ramos, de la Semana Santa 2022.

Información AVN