CIUDAD MCY.- No obstante, las muertes infantiles a nivel mundial alcanzaron un mínimo histórico en 2022, según las últimas estimaciones del Grupo Interinstitucional de las Naciones Unidas para la Estimación de la Mortalidad Infantil.
El reporte señaló que el número anual de muertes de menores de cinco años en el mundo en 2022 disminuyó a más de la mitad con respecto a la estimación de 2000: de 9,9 millones a 4,9 millones.
Sin embargo, las cifras siguen siendo malas, pues a nivel mundial, las muertes neonatales, o la muerte de un bebé dentro de los 28 días posteriores al nacimiento, ocurren cada 14 segundos.
En 2022, un niño menor de cinco años falleció cada seis segundos y un adolescente pereció cada 35 segundos, según la encuesta.
Por otro lado, el reporte señaló una disminución del 62 por ciento en las muertes infantiles con respecto a las estimaciones de 1990, sin embargo advirtió que “estos promedios ocultan desigualdades persistentes y arraigadas entre las poblaciones vulnerables de niños”.
Entre 2000 y 2022, el mundo perdió 221 millones de niños, adolescentes y jóvenes y los niños menores de cinco años representaban 162 millones y las muertes neonatales 72 millones.
La mayoría de los decesos de menores de cinco años se concentran cada vez más en el período neonatal.
El África subsahariana, donde las muertes neonatales anuales se estancaron en alrededor de un millón, soporta la mayor carga de muertes de niños menores de cinco años en el mundo.
La tasa de mortalidad de los niños de 28 días fue de 46 muertes por cada mil niños en la región, más del doble que el promedio mundial de 20 muertes por cada mil niños de 28 días.
La prematuridad, la neumonía, los traumatismos, la malaria y la diarrea se encuentran entre las principales causas de muerte de recién nacidos y niños, todas ellas causas prevenibles.
Estas enfermedades podrían haberse prevenido con vacunas, disponibilidad de personal sanitario capacitado en el parto, apoyo a la lactancia materna temprana y continuada, y diagnóstico y tratamiento de enfermedades infantiles.
La supervivencia del niño depende en gran medida del lugar de nacimiento; si el niño pertenece a un país de ingresos bajos o altos, y también de la desigualdad dentro de los países.
En promedio, los niños que viven en zonas rurales corren un mayor riesgo de muerte antes de los cinco años en comparación con sus homólogos urbanos.
Se estima que 35 millones de niños menores de cinco años perderán la vida antes de 2030 y el África subsahariana soportará la mayor parte de esa cifra.