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 CIUDAD MCY.-La miomatosis o fibromatosis uterina es uno de los tumores benignos más frecuentes en la mujer venezolana, los cuales pueden ser sintomáticos y generar sangrado genital irregular y abundante entre las menstruaciones, con expulsión de coágulos de sangre, dolores fuertes, aumento del tamaño del útero, entre otros, por eso con frecuencia se requiere una intervención quirúrgica para corregirla.

El ginecobstetra del Grupo Médico Santa Paula (GMSP), doctor Roberto León Faillace, afirmó que la sintomatología asociada al sangrado abundante puede ocasionar anemia, mientras que el agrandamiento del útero puede comprimir órganos vecinos como la vejiga y el recto y ocasionar problemas de micción y alteraciones en el funcionamiento intestinal (constipación).

Explicó que, por esa razón, para erradicar la afección de manera definitiva y evitar complicaciones futuras es necesario realizar una histerectomía, lo que consiste en la extracción del útero.

Aclaró que incluso si la presencia de miomas es asintomática, es preferible operar a la paciente para prevenir incomodidades o futuros problemas a nivel ginecológico.

 Señaló que, aunque la razón principal por la cual se realiza la histerectomía es la presencia de miomas, existen otras patologías que pueden requerir la realización de esta cirugía como los pólipos endometriales, adenomiosis, el cáncer de endometrio en sus primeras etapas, entre otras, que son enfermedades que pueden generar también sangrado irregular.

 De acuerdo con el ginecobstetra, las señales de alarma y los motivos principales por los cuales las pacientes acuden a consulta son los síntomas relacionados a los sangrados irregulares y abundantes, y el dolor pélvico.

 El doctor afirmó que para solventar y prevenir problemas de salud las pacientes prefieren someterse a la cirugía, por eso suelen mostrar una actitud positiva ante su realización, pero la operación puede afectar emocionalmente a las mujeres que no han tenido hijos.

 Agregó que la histerectomía no influye en la vida sexual de las pacientes, que es una preocupación común entre las mujeres que necesitan la operación. Puntualizó que debido a la cirugía ya no tendrán menstruaciones.

Expresó que en dicha cirugía se suelen conservar los anexos (los ovarios y las trompas de Falopio), si la paciente es menor a 48 años de edad, pero si es mayor estos se extraen. Sin embargo, esto depende del aspecto que posean los ovarios y del juicio del cirujano, mencionó el doctor.

 Advirtió que, aunque se retire el útero, las mujeres deben realizarse anualmente la citología, y, si conservan sus ovarios, estos deben examinarse con una ecografía transvaginal.

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