CIUDAD MCY.- Luego de sorprender en el 2023 con una frenética actuación que les llevó a disputar la Serie Mundial, los Cascabeles de Arizona afrontan la nueva temporada con el objetivo de demostrar que su caso no fue fortuito. Para ello, sumaron en el receso de campaña al lanzador zurdo Eduardo Rodríguez, desde la agencia libre, y a la tercera base Eugenio Suárez, vía cambio.

Rodríguez y Suárez se sumaron al receptor Gabriel Moreno como los venezolanos vislumbrados como piezas claves de la organización en sus renovadas aspiraciones, con José Herrera como respaldo detrás del plato, conformado un grupo de connacionales que desea concretar lo que el año pasado quedó a tres triunfos.

“La cultura venezolana es muy unida. Además, siempre estamos llenos de energía, como son los jugadores latinos”, dijo Moreno al periodista José Romero para el Arizona Republic, en Salt River Field, el complejo primaveral de los desérticos en Scottsdale. “Nuestra idiosincrasia tiene que ver con las buenas vibras. Esperamos continuar con esa tradición de jugar con pasión, y sé que pueden ayudarnos a regresar a la Serie Mundial.»

El larense brilló en su primer certamen completo como ligamayorista convirtiéndose en el primer cátcher de la historia de Arizona que se alza con el Guante de Oro.  Además, lo hizo con sólo 23 años de edad, siendo el décimo careta más joven en lograrlo, según Elias Sports Bureau, y apenas el segundo criollo, después de Salvador Pérez.

«Tener (a Suárez y a Rodríguez) es tremendo para el equipo”, aseguró Moreno. “Eduardo es un gran jugador, con un largo historial de éxitos en las Grandes Ligas. Vamos a aprovechar todo lo que puedan aportarnos ambos”.

Rodríguez fue contratado con la misión de cubrir la debilidad del cuerpo de abridores del conjunto, tras Zac Gallen y Merril Kelly.  Aunque los dos mejores lanzadores de las serpientes se combinaron para sólida efectividad de 3.39 en 64 aperturas, la divisa apenas pudo ubicarse en el puesto 21 de las Mayores entre los iniciadores, con promedio de carreras limpias de 4.67.

“Siempre he jugado con otros venezolanos, desde Miguel (Cabrera, en Detroit), hasta Eugenio y Gabi aquí. Es algo realmente grandioso para mí estar con muchachos de mi país», admitió el tirador carabobeño. «En Venezuela, siempre sabes quién es cada uno porque todo el mundo ha oído hablar de todos los jugadores de las Grandes Ligas. Es natural tener el orgullo en la mente y en la sangre».

En 2023, Rodríguez compiló efectividad de 3.30 en 152.2 entradas con Detroit, ponchando al 23 % de los bateadores enfrentados y caminando sólo al 7,7 %. Luego de una inusual lesión en la polea del dedo índice de lanzar, que le dejó fuera todo el mes de mayo, le costó igualar su excelente desempeño de la primera mitad. No obstante, pudo terminar fuerte su actuación, con PCL de 3.60 en septiembre.

Suárez, a su vez, fue adquirido en noviembre desde los Marineros de Seattle por el receptor Selvy Zavala y el lanzador derecho Carlos Vargas, en un movimiento que, aunque tomó por sorpresa al guayanés, que se encontraba en un viaje de vacaciones con su familia, afrontó con optimismo.

“La meta aquí (con Arizona) está al alcance y el equipo puede lograr el objetivo de llegar de nuevo a la Serie Mundial”, afirmó el antesalista. «Al principio, el cambio resultó difícil porque los fanáticos de Seattle se portaron muy bien conmigo, me trataron bien, y hasta ahora sigo recibiendo mensajes de ellos”.

Suárez disputó dos zafras con los nautas, combinándose para 53 jonrones, aunque el año pasado sólo disparó 22, su menor cantidad en una campaña completa desde los 21 en 2016 (exceptuando el certamen de pandemia).  Sin embargo, con 246 cuadrangulares de por vida en 10 cursos, con 32 años de edad, ha dejado claro que su poder es la principal carta de presentación, y a esa cualidad apuestan los Cascabeles.

El oriundo de Ciudad Piar iniciará la sexta y última contienda de contrato garantizado, firmado originalmente con los Rojos de Cincinnati en 2018, por 66 millones de dólares. Percibirá $ 11,29 millones, con una opción del club de $ 15 millones para el 2025.

«Conozco a muchos jugadores venezolanos por haberme enfrentado a ellos, y todos tenemos una gran relación», añadió Suárez, quien ya se ha reunido con sus compatriotas en los días libres del Spring Training, con ritmos de salsa de fondo y carne en el asador. «Es divertido. Y también está muy bien aprender y disfrutar de otras culturas».

PRENSA  LVBP