La comunicación es vital para todas las personas, sean oyentes o sordas | FOTO ABIGAÍL COLMENARES

La comunicación es vital para todas las personas, sean oyentes o sordas | FOTO ABIGAÍL COLMENARES

CIUDAD MCY.- Un gran número de nuestra población venezolana se comunica a través del español como primera lengua, mientras que otro porcentaje desconoce que las personas sordas de este país no dominan este idioma como lengua materna, puesto que emplean otra forma de expresión natural, que se “habla” con las manos, las expresiones faciales y posturas del cuerpo. Tal lengua viene siendo llamada, desde hace más de una década en Venezuela, lengua de señas.

Esto surge gracias a la lucha de esta comunidad para reconocer la lengua de señas como forma de expresión e inserción social de los sordos en el país, logrando además incluir en la vigente Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999 dos artículos con mención a los derechos lingüísticos de este grupo.

El artículo 81 consagra el derecho de las personas hipoacúsicas a expresarse y comunicarse en lengua de señas venezolanas, y el 101 establece la incorporación en la televisión de subtítulos y traducción a la lengua de señas para las personas con problemas auditivos.

En comparación con otras naciones, Venezuela parece estar adelantada en materia de inclusión referente a los derechos de las personas sordas, pero la realidad es que no se ha avanzado lo suficiente sobre las necesidades educativas, culturales, laborales y lingüísticas de este grupo, así lo aseguró José Viloria, joven con discapacidad auditiva que pertenece a la Asociación Deportiva de Sordos (Aposa).

Viloria destacó que la comunicación es vital para todas las personas y ellos no son la excepción. Es un grave error creer que porque una persona no puede escuchar no es capaz de comunicarse con un oyente. “Aunque una persona oyente no conozca la lengua de señas, esta es capaz de comunicarse con un sordo a través de sus expresiones y gestos corporales, porque todo nuestro ser comunica”, expresó Viloria con su mirada, movimientos de cabeza para enfatizar lo que quería decir a través de la lengua de señas durante la entrevista.

Este joven aragüeño trabaja en la empresa Cacique Maracay (antigua Kimberly Clark) y ve con honda preocupación cómo “algunos compañeros de trabajo tienen actitudes esquivas con él, porque no saben comunicarse con un sordo”.

Y es que a diferencia de otras personas con otro tipo de discapacidad como en el caso de los invidentes, amputados, y otros, este tipo de discapacidad presenta una característica física visible por lo cual la comunicación no se ve interrumpida y además las personas al ver por la calle a un invidente con bastón y/o sus gafas oscuras, se acercan a ayudar o ceder el paso, entre otras consideraciones. En cambio, las personas sordas, al no presentar una característica visible de su discapacidad, pasan inadvertidos ante el resto de la sociedad.

La problemática con esta comunidad se presenta al momento de comunicarse, puesto que la gran mayoría de la población no conoce ni entiende la lengua de señas. Esto conlleva a que las personas oyentes aíslen y orillen a los discapacitados auditivos a convivir en una cultura apartada del resto por no manejar el mismo lenguaje que la mayoría. Esta incomunicación los aparta de la sociedad y los vuelve personas invisibles.

Viloria, al igual que muchos otros sordos, vive situaciones similares por la falta de conocimiento del lenguaje de señas en la sociedad. A diario traviesan aprietos para acceder a los servicios públicos básicos, como ir al banco, o al supermercado, sin dejar a un lado el tema educativo.

“Existe un adormecimiento con relación a este tema. Es imperante promover la lengua de señas en todos los ámbitos de la sociedad. Los sordos buscamos integrarnos a la sociedad. Queremos estudiar en la universidad, trabajar, pero no es fácil lograrlo, porque el sistema está creado para personas oyentes. No podemos lograr una verdadera inclusión si estamos solos, tenemos que trabajar en equipo, con apoyo de los medios de comunicación social para crear conciencia de la importancia de la lengua de señas”, comentó Viloria, que tenía sentado frente a sí a Héctor Zárate, quien interpretaba en lengua de señas lo que mi persona quería saber o decir.

Si bien actualmente la sociedad está más despierta al tema de la discapacidad e inclusión, aún hay un largo camino que recorrer en los temas sociales, laborales y educativos, ya que la capacidad individual para escuchar y percibir sonidos es la principal causa por la cual el desarrollo humano de estas personas es limitado.

¿Cómo hablar a una persona con discapacidad auditiva?

La Comisión Nacional de Derechos Humanos publica una serie de sugerencias para que los oyentes interactúen de una manera exitosa con las personas sordas:

– Cuando quieras dirigirte a una persona sorda o con deficiencia auditiva llama su atención con un gesto o tócala levemente en su hombro.

– Mantén siempre el contacto visual. Sé expresivo al hablar, para que las personas puedan identificar tus sentimientos y el tono con el que estás diciendo las cosas.

– Nunca te tapes la boca, esto dificulta que la persona pueda llevar a cabo una lectura labial.

– Cuando la persona sorda cuente con la asistencia de un intérprete, dirígete directamente a la persona sorda, no al intérprete.

– No los llames “sordito” o “sordomudo” (las personas sordas no son mudos: pueden hablar, pero no aprendieron a hacerlo porque no podían escuchar).

Cerca de 108 mil personas en Venezuela presentan discapacidad auditiva, lo que significa que el 0,4% de la población total son hipoacúsicos, según un censo nacional realizado en el año 2011 por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE). En la actualidad no hay cifras más actualizadas por lo cual estos números podrían variar, considerando aspectos como la migración de muchos sordos hacia otros países, la tasa de natalidad o mortalidad, entre otras.

El Dato

El 23 de septiembre se celebra el Día Internacional de las Personas Sordas, promovido por la Federación Mundial de Personas Sordas (WFD) en el I Congreso Mundial de la organización en 1951, fecha que coincide desde 2018 con el Día Internacional de la Lengua de Señas.

ANDREÍNA LEÓN