Las máximas autoridades litúrgicas de Maracay encabezaron la procesión | Fotos Cortesía Ulier González

*En honor a la patrona de Venezuela, se realizó una procesión en las calles del sector San José, encabezada por el obispo de Maracay, Enrique Parravano

CIUDAD MCY.- Con la finalidad de celebrar por todo lo alto los 370 años de la aparición de la Virgen al indígena Coromoto, comunidades del barrio San José realizaron junto al obispo de Maracay, Monseñor Enrique Parravano, una colorida procesión por sus principales calles y avenidas, actividad organizada por la Sociedad Benéfica y Religiosa La Sagrada Familia, y apoyada por el Gobierno Bolivariano de Aragua a través de la Secretaría de Cultura.

Cabe resaltar que la Virgen es una sola: María.  Se la menciona y hasta se la recrea en imágenes de diferentes formas, asociándola a hechos que van desde lo geográfico hasta lo simbólico.  Así tenemos como la Virgen de Coromoto, Lourdes, Divina Pastora, Chinita o Nuestra Señora del Socorro, son llamadas así por comunidades populares,  al producirse algún hecho o historia especial.  Pero con mantos distintos, nombres diferentes, llamativas coronas, o sin ellas, con el niño en brazos, o sin él, como sea,  estamos siempre refiriéndonos a la Madre de Dios.

Nada hay más sobrenatural que la fe desde el punto de vista religioso. Es una de las virtudes teologales, aquella por la cual se cree, sin la necesidad de ver con los propios ojos, en las afirmaciones y doctrinas que dicho culto propone. Según el Diccionario de la Real Academia Española: «Es la confianza total que se tiene en algo o alguien, debido a la autoridad emanada”.  Se trata de creer, aun soportando las dudas.

Lo sobrenatural en hechos ligados a la religión es tan abundante como las flores que crecen solitarias al costado de los caminos. Y como ocurre con ellas, a menudo no les prestamos la menor atención.

La cotidianidad de la comunidad maracayera de San José está impregnada de maravillosa fe religiosa. Fe, esperanza y amor son las tres columnas sobre las que se apoya lo sobrenatural. La Virgen de Coromoto es un símbolo de fe para los católicos. Nadie determinó de manera oficial que se tomara a la Virgen como simbología. Nació del pueblo y sus fieles. Muchas creencias religiosas se han mezclado con las propias necesidades de las personas, e hicieron nacer por la voz del pueblo, que según dicen es la voz de la Virgen.

 

La feligresía de San José y sectores vecinos rindieron honores a la patrona de Venezuela

En Maracay, acude nuestra Virgen de Coromoto de forma especial. Aquí está presente nuevamente lo sobrenatural. Esos pedidos escuchados por la Virgen.  Y cada uno de ellos tiene su porqué. Aunque sus propios devotos lo ignoren. En todas las épocas y lugares del mundo, se han dado y se dan situaciones que son inexplicables desde el punto de vista racional.

No es algo tan extraordinario si tenemos en cuenta que el ser humano utiliza entre el 8 y el 12 por ciento de su capacidad cerebral. Si a duras penas se pueden  explicar las cosas cotidianas. ¿Cómo explicar aquellas que sobrepasan el límite de lo natural? La historia rebosa de preguntas sin respuestas.

“La Virgen  de Coromoto es sinónimo de perdón y curación. Constantemente provoca la sanación del cuerpo y el espíritu. Perdón y curación juntos. Es uno de sus dones. La Virgen misma es salud, fe, esperanza, paz y amor. Lo que trae el sacrificio es la paz. Y la paz es el estado de salud perfecto. Su definición sería ‘plenitud de todas las cosas’. Plenitud del ser humano es la salud perfecta. A la Virgen se llega con una gran tranquilidad. No hay que hacer algún esfuerzo especial por llegar a ella. Simplemente hay que dejar que la Virgen llegue a uno. No hay nada más sobrenatural que la vida misma. Los milagros existen y existirán. La vida misma es un milagro. La Virgen no termina nunca  de manifestarse”, señaló José Álvarez, asiduo colaborador de la capilla La Sagrada Familia.

La Virgen de Coromoto nos transporta a encontrar maravillas  cotidianas ligadas a la fe religiosa a lo largo de nuestras vidas. Hechos que nos llevan a pensar que jamás estaremos solos, pase lo que nos pase, mientras descubramos que nos rodea siempre su fe, esperanza, paz y amor.

Prensa SSPPC