CIUDAD MCY.- Orber Moreno trata de armar el rompecabezas en el que se convirtió el pitcheo de los Tigres de Aragua, desde el Día Inaugural. El ex grandeliga y figura de la LVBP, heredó al cuerpo de lanzadores con peor efectividad de la liga, después que la gerencia aragüeña decidiera reestructurar el cuerpo técnico de la novena, tras iniciar la temporada con balance negativo de 0-7.

Moreno, de 45 años de edad, sustituyó a Tony Armas Jr. como instructor de lanzadores e intenta establecer un lugar para cada porción del material con el que cuenta. Es un trabajo en construcción, que no solo depende de creatividad en la estrategia y ejecuciones precisas durante los juegos, sino de un poco de suerte, hasta lograr los resultados deseados.

En este instante, las estadísticas no pintan bien. Los abridores de Aragua marchan con 7.36 de efectividad y los relevistas han estado por debajo de ese “rendimiento”, con un promedio de 7.98 carreras limpias, para un PCL global de 7.75; mientras que el equipo anota una media de 4,0 rayitas por desafío, lo que explica su balance sotanero de 2-10.

“Obviamente, cuando me reporto al equipo no tengo conocimientos de algunos lanzadores, que no estuvieron conmigo la campaña anterior, muchos brazos nuevos, importación diferente. No tenía reportes de varios de ellos”, destaca Moreno, que en la 2021-2022 ejerció el cargo, que ahora ostenta, tras ser nombrado en medio de la emergencia, que trajo como nuevo mánager a Wilfredo Romero en lugar del despedido Jackson Melián.

“Cuando llegué traté de establecer una estructura, un plan de lanzamientos. Esto significa constituir un abridor y aplicar la modalidad del piggy back, que es tratar, dependiendo como luzca el iniciador, de tener listo un segundo pitcher que me pueda tirar dos o tres innings. Además de definir un pitcher que pueda venir y detener una entrada en la que nos estén haciendo carreras, como un brazo situacional”.

Para adentrarse en esa reingeniería, el departamento de apagafuegos es fundamental.

“Más tarde comencé a darle trabajo a los relevistas del sexto, séptimo, octavo y noveno innings. Además de brazos en el bullpen, que puedes utilizar cuando el juego se abre a favor o en contra”, precisa Moreno.

“Esta última semana fue de adaptación, de observar a todos. No importa lo que hayan hecho el año pasado, eso, como decimos en el beisbol, ya te lo pagaron. Importa lo que estás haciendo ahorita”, agrega.

Las estadísticas revelan una mejoría. Luego de un récord de 0-8, Tigres terminó la tercera semana con balance de 2-2 y efectividad colectiva de 5.66, poco más de dos anotaciones limpias menos que lo permitido por los brazos bengalíes en los primeros dos septenios del calendario regular. Esas estadísticas incluyeron un blanqueo contra Magallanes.

La muestra todavía es pequeña, pero los números llaman al optimismo, en medio de los nubarrones que todavía oscurecen el horizonte tigrero.

“Pienso que tengo una mejor perspectiva, luego de estos días”, acota Moreno. “Apegado al plan establecido, los muchachos se están sintiendo un poco más cómodos, pues les he hecho saber cuál es su rol. Una vez que eso está claro, solo resta que ejecuten”.

Jorge Rondón –recién adquirido del Magallanes por el infielder Edwin García- y el zurdo Jonathan Vargas, aparecen entre los tramos seis y siete, “dependiendo quién venga en la alineación rival”.

“El octavo inning es de Connor Law y el noveno pertenece a Adam Hofacket”, avanza en su explicación Moreno, delineando con nombres su diseño.

“Pedro Rodríguez y Leonel Campos son los que vienen en una emergencia, en medio de innings. Si no uso a Pedro en ninguna situación, lo traigo empatados, por una diferencia pequeña o ganando, para que me tire el octavo. En este instante es como mi utility”.

La experiencia de Rodríguez, uno de los ocho taponeros en la historia de la LVBP con al menos 70 rescates, no debe ser menospreciada, pese a que no pudo lanzar el año pasado por una lesión.

“Lo comparo conmigo, cuando me dirigió Carlos Subero con el Caracas”, revela Moreno. “Me senté con él a explicárselo. Subero (mánager de Leones en partes de las temporadas 2005-2006 y 2006-2007) me dijo que era el relevista más curtido del equipo y que me necesitaba en pasajes difíciles durante el juego o, específicamente, en el octavo. Eso que aprendí en esa época, es lo que quiero aplicar con Rodríguez”.

 

Orber Moreno fue llamado de emergencia, tras el despido de buena parte del cuerpo técnico de Aragua

Antes de la suspensión por lluvia en el Estadio Universitario, el martes, cuando Aragua debía enfrentar a Leones, Moreno había establecido la rotación de Tigres con Ángel Padrón a la cabeza, seguido por Jair Jurrjens (miércoles), Jorgan Cavanerio (jueves), Matt Solter (viernes) y Guillermo Moscoso (sábado).

“Me interesa que los tres que abren la rotación repitan en la semana, es decir Padrón lo hará también el domingo. Y así se van moviendo… Detrás de ellos, estarán los relevistas largos (piggy back), Angelo Palumbo, así como Franklin y Osmer Morales, dependiendo de lo que ocurra en el partido”.

Moscoso debe causar un impacto positivo y apuntalar la tendencia a la mejoría de los iniciadores (4.15 PCL) en los más recientes cuatro desafíos.

El derecho exhibe marca vitalicia de 26-15, con efectividad de 3.11 en 11 zafras en la LVBP. Números que mejora a 13-8 y 2.75 de PCL, en 44 aperturas con Aragua.

“Es importante su regreso. Tendrá un límite de 55 a 60 pitcheos en su estreno. Para mí, tres innings sólidos serían suficientes. Si él decide ir más, estaría en sus manos. La idea es ir construyendo su brazo, hasta que pueda ir sin tope de envíos”.

El plan está allí. Tangible. Moreno no hace promesas, pero espera que sus ajustes tengan una consecuencia positiva, como –hasta ahora- señalan los números.

“Es un reto de todo el equipo y los muchachos están comprometidos. Todos saben dónde estamos y la responsabilidad que tenemos”, asegura el piloto Romero.

Sin duda, remar contracorriente, es un desafío.

Prensa LVBP