Ciudad MCY.- Un taller sobre la Gerencia de la Felicidad, fue dictado por la Dirección General de Gestión Humana del Ministerio del Poder Popular para el Ecosocialismo (Minec), con el propósito de brindar conocimientos sobre esta filosofía que tiene como propósito crear un ambiente de trabajo armonioso y ofrecer a los empleados la posibilidad de realizar trabajos que les signifiquen un reto.

En el encuentro se expusieron temas como el disfrute de la vida como derecho humano ambiental constitucional en Venezuela; los derechos humanos eco-felicitatorios; la ecología del paisaje y el derecho al buen paisaje de niños, niñas y adolescentes; el derecho al buen vivir que tiene como centro al ambiente y al vivir en un ambiente sano como derecho humano entre otros.

La finalidad de la reunión es manifestarles a los trabajadores y trabajadoras sobre cómo influye de manera positiva las buenas condiciones del ambiente de trabajo y fomentar la cultura de la felicidad organizacional en el ámbito laboral.

El curso, que se desarrolló en las instalaciones de la Universidad Popular del Ambiente Fruto Vivas (Upafy), en el piso seis de la sede central del Minec, fue dictado por la defensora delegado Especial con Competencia Nacional en Materia de Ambiente de la Defensoría del Pueblo, Xiomara Cuevas.

Antecedentes:
La felicidad siempre ha sido objeto de análisis. En la Antigüedad Clásica, varias corrientes filosóficas griegas disertaron acerca de su impacto en la vida del hombre. En Occidente y Oriente, por medio de textos sagrados como la Biblia y las enseñanzas del Budismo, o políticos como la Constitución de Estados Unidos, se instó a buscarla.

Sin embargo, nadie la llevó a otro nivel como se hizo en Bután, diminuto país rodeado de gigantes al sur de Asia, entre China e India, donde un príncipe, ungido rey al morir su padre, creó la Felicidad Interna Bruta (FIB). En su discurso de coronación, pronunciado el 2 de junio de 1972, anunció la aplicación de este indicador en sustitución del Producto Interno Bruto (PIB) como medición de la economía de su país inmerso en la pobreza. La decisión caló y tuvo impacto. El rumbo económico y social de Bután cambió y, como ejemplo, en 2007 presentó el segundo mayor crecimiento global del PIB.

Ese mismo año, nació en Estados Unidos el Termómetro de la Felicidad en el Instituto de Ciencias de Chicago para evaluar los niveles de alegría de los habitantes del país. En 2006, 12 meses antes de que los butaneses examinaran su influencia, el profesor de la Universidad de Leicester en Gran Bretaña, Adrián White, creó el Mapamundi de la Felicidad que midió su nivel de incidencia en 178 países.

El tema saltó de los tratados filosóficos a la agenda de los economistas como el Nobel Joseph Stiglitz, quien lo usó para cuestionar al PIB como medición de bienestar. También, acusó interés de las entidades multilaterales. El 28 de junio de 2012, la ONU instituyó el Día Internacional de la Felicidad, que se celebra cada 20 de marzo.

En Venezuela, el presidente Nicolás Maduro Moros creó en octubre de 2013 el Viceministerio de la Suprema Felicidad Social del Pueblo, instancia que surge para la gestión social de todas las misiones socialistas dirigidas a la población más vulnerable de la sociedad, tal como niños, adultos mayores, mujeres embarazadas, personas con discapacidad y personas con problemas de adicción.

Fuente: Ecosocialismo/Agencias