CIUDAD MCY.- Por primera vez en tiempos modernos, un papa ha presidido el funeral de otro papa emérito. El mundo ha despedido este jueves en la plaza de San Pedro del Vaticano a Benedicto XVI en una ceremonia inédita y multitudinaria, reseñaron medios internacionales.
Poco antes de las 09:00 de la mañana, el sencillo ataúd de madera en el que descansa Benedicto ha salido de la Basílica de San Pedro, donde se instaló durante tres días su capilla ardiente, a hombros de doce gentilhombres y entre el sonido de las campanas. Desde ahí, su cuerpo se ha situado en el atrio de la plaza, ante las más de 100.000 personas que se han congregado allí para dar su último adiós a Joseph Ratzinger.
En silla de ruedas ha llegado algo más tarde el papa Francisco, que ha dado comienzo antes de las 09:30 a una ceremonia sobria y solemne, como el mismo Benedicto había pedido, ante 120 cardenales, 400 obispos y 4.000 sacerdotes, que han escuchado la homilía en un silencio sepulcral.
«Estamos aquí, con el perfume de la gratitud y el ungüento de la esperanza, para demostrarle una vez más el amor que no se pierde, y queremos hacerlo con la misma unción, sabiduría, delicadeza y entrega que él supo esparcir a lo largo de los años”, ha pronunciado Francisco en el tramo final de la homilía, en el que se ha referido directamente a su antecesor.
«Queremos decir juntos: Padre, en tus manos encomendamos su espíritu. Benedicto, fiel amigo del esposo, que tu gozo sea perfecto al oír definitivamente para siempre su voz», ha culminado el pontífice.
En total, 195.000 personas desfilaron durante tres días, ante los restos de Joseph Ratzinger, cuyo cuerpo yacía en un catafalco cubierto por una tela dorada, rodeado por dos guardias suizos vestidos de gala, frente al altar mayor de la basílica de San Pedro.
AGENCIAS