*** La arraigada celebración venezolana, que fusiona devoción religiosa con ancestrales ritos agrarios, se erigió durante el mes de mayo como un vibrante testimonio esperanza y unión comunitaria ***

CIUDAD MCY.-En el corazón de las tradiciones venezolanas, el mes de mayo se vuelve de gran significación, al celebrarse una de las manifestaciones más importantes dentro del calendario cultural y religioso: la cruz de mayo, costumbre arraigada en el calor popular, tejida con hilos de historia, fe y folclore, se erigió como un vibrante crisol donde la devoción cristiana se entrelazó con ancestrales ritos de fertilidad y agradecimiento por las cosechas.

El origen histórico se remonta a la época colonial, cuando los misioneros españoles introdujeron la veneración de la Santa Cruz, los nativos trascendieron lo puramente católico a las raíces autóctonas, al fusionar las creencias indígenas, relacionadas con la llegada de las lluvias y prosperidad agrícola, con la cruz como símbolo central del cristianismo, convirtiéndose esta en la protección de las siembras y esperanza para una abundante cosecha.

 

HECHO SOCIAL Y ESPIRITUAL

Su funcionalidad abarcó múltiples dimensiones, como ejemplo de ello, en el plano espiritual representó un acto de fe y una oportunidad para agradecer las bendiciones recibidas, implorar protección contra las adversidades y asegurar la fertilidad de la tierra.

En el ámbito social, fomentó la unión y cohesión comunitaria, pues su preparación y festejo involucraba a familias enteras, fortaleciendo las relaciones y transmitiendo valores culturales de generación en generación.

 

¿CÓMO SE CELEBRA?

La forma de celebrar la Cruz de Mayo se caracteriza por una explosión de color y fervor. Las comunidades se organizan meticulosamente para adornar cruces de madera de diversos tamaños.

Flores frescas de la estación, como cayenas, trinitarias y margaritas, junto con vistosas flores de papel crepé de múltiples tonalidades, visten las cruces con intrincados diseños. Las mismas se erigen en altares domésticos, plazas públicas, iglesias y otros espacios de relevancia social, convirtiéndose en el centro de las festividades.

Uno de los elementos más distintivos son los “velorios de la Cruz de Mayo”, reuniones que llegan a extenderse hasta horas de la madrugada, dónde los participantes se congregan para rezar el rosario, entonar cantos tradicionales conocidos como fulías y otros géneros musicales tradicionales.

Las melodías cargadas de sentimiento narran historias religiosas, expresan la profunda conexión del pueblo con su fe y la madre tierra. En algunos lugares, los velorios se acompañan de bailes y se comparten comidas y bebidas típicas, creando un ambiente de celebración y camaradería.

 

MANOS A LA OBRA

Elaborar este distintivo elemento es un acto de creatividad y devoción. Generalmente se selecciona una cruz de madera, que luego pasa por un proceso de limpieza y adornado.

La decoración involucra la colocación cuidadosa de flores, tanto naturales como de papel, creando patrones simétricos y coloridos, añadiéndose a menudo otros elementos como cintas, lazos y frutas de la temporada.

 

HERENCIA CULTURAL

La participación de niños y ancianos en este proceso asegura la transmisión de la tradición y el fortalecimiento de los vínculos familiares.

Mantener vivo el legado de los pueblos ancestrales requiere un esfuerzo continuo por parte de las comunidades y las familias venezolanas, algo que se logra con la transmisión oral de los cantos y las costumbres, organizar encuentros anuales, incluir a las nuevas generaciones en cada detalle, llevar talleres a los centros educativos, promover el conocimiento y valor del folklore.

A pesar de la sociedad cambiante junto a la influencia de la modernidad, la Cruz de Mayo persiste como un símbolo de identidad y un recordatorio de la rica herencia cultural y religiosa de Venezuela. Su colorido florecer cada mes de mayo resulta un testimonio de la fe inquebrantable y el espíritu comunitario de los criollos.

Se celebra el 3 de mayo, aunque a veces las festividades se extienden durante todo el mes

Consiste en adornar una cruz de madera con flores de muchos colores, a veces también con cintas, lazos y papel. Se coloca en un altar que se prepara con mucho esmero en casas, plazas o incluso en lugares de trabajo.

Desde el punto de vista religioso, está ligada a la conmemoración del hallazgo de la Santa Cruz por Santa Elena. Para muchos venezolanos, es un momento de agradecimiento por las cosechas, la llegada de las lluvias y la protección de sus hogares y familias.

Los “velorios de la Cruz de Mayo” son muy populares, donde la gente se reúne a cantar décimas (una forma de poesía cantada) y otros cantos tradicionales, a veces acompañados de instrumentos como el cuatro, las maracas y el tambor.

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