*** Un hombre que escogió el camino de la lucha independentista legando a los pueblos la libertad y la soberanía

Ciudad MCY.- El 17 de diciembre de 1830 murió Simón Bolívar, Libertador de América en la quinta “San Pedro Alejandrino”, cerca de Santa Marta – Colombia.

Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios Ponte y Blanco, mejor conocido como Simón Bolívar, nació en Caracas el 24 de julio de 1783, fue un militar y político venezolano, fundador de las repúblicas de la Gran Colombia y Bolivia, contribuyó a inspirar y concretar de manera decisiva la independencia de las actuales Bolivia, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú y Venezuela.

Considerado como “el Padre de la Patria”, Simón Bolívar dedicó su vida y su fortuna familiar a liberar del yugo español no solo a Venezuela, sino a toda la América. Un hombre que escogió el camino de la lucha independentista legando a los pueblos la libertad y la soberanía.

El Libertador falleció en una época dura, en la que debió soportar el asesinato de su gran amigo Antonio José de Sucre, la disolución de su sueño, la Gran Colombia y la expulsión de su patria por las fuerzas oligárquicas que gobernaban ese momento en Venezuela.

Dentro de ese contexto, en mayo de 1830, agobiado por el desorden y visiblemente enfermo, Bolívar logró que el Congreso de Bogotá aceptara su renuncia. Los retos separatistas no se habían calmado, especialmente de los venezolanos, que se resistían a seguir haciendo costosas ofrendas a la unión colombiana.

Ni Bolívar, muy enfermo, ni Sucre, el único con capacidad de hacer valer su legado, estaban con fuerza para seguir luchando. Difamado en América y en Europa, habiendo vendido y rechazado toda su riqueza, el Libertador había perdido la batalla de la gran Unión. Retirado a las afueras de las murallas de Cartagena, se enteró de la muerte de su amigo Sucre.

Por su parte, aceptó la invitación de su seguidor Rafael Urdaneta, para aquel entonces presidente de Colombia, de “salir del retiro para emplear los servicios como ciudadano y como soldado”, según manifestara en Carta Abierta a los colombianos, pero su propuesta fue ambigua, pues no se consideraba capaz de enfrentar nuevos desafíos.

Con fuerza apenas para caminar, con dolores por reumas y ataques de hígado, aceptó la invitación de un adinerado español para aposentarse en su finca del pequeño poblado colombiano de Santa Marta. En reposo total, Bolívar dictó varias cartas, su testamento y la última proclama a los colombianos, donde aseguró: “Si mi muerte contribuye para que cesen los partidos y se consolide la unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro”.

El 17 de diciembre de 1830, con apenas 47 años, se cerraba el ciclo de su vida. Antes de morir, había susurrado a sus amigos: “Hemos arado en el mar”.

Sus restos, por primera vez, inhumados solemnemente en la Catedral de Santa Marta, fueron trasladados a la Catedral de Caracas en 1842, en apoteosis presidida por el General Páez y narrada en párrafos neoclásicos por Fermín Toro. De la Catedral pasaron en el Gobierno de Antonio Guzmán Blanco al Panteón Nacional, un templo donde predomina la afirmación de su grandeza. Y es entonces que en mayo del 2013, se inaugura el nuevo e imponente Mausoleo que guarda sus restos heroicos para el futuro.

EXHUMACIÓN DE BOLÍVAR

El 16 de julio del año 2010, los restos de Bolívar fueron exhumados por un grupo de expertos que investigaron las verdaderas causas de su muerte. En esta participaron 50 científicos venezolanos, quienes trabajaron durante 19 horas coordinados por el español José Antonio Lorente, médico forense y director del Laboratorio de Identificación Genética de la Universidad de Granada.

En la exhumación se efectuaron por primera vez pruebas genéticas moleculares de algunos de sus huesos en diferentes laboratorios, como el de la Unidad de Estudios Genéticos y Forenses (UEGF) del IVIC, en donde se aisló el ADN de una muestra de hueso, utilizando la técnica de Reacción en Cadena de la Polimerasa (PCR) para buscar ADN de una secuencia repetida en el cromosoma de la bacteria Micobacterium tuberculosis, sin que se encontraran resultados positivos.

“El 30 de agosto del 2010 se exhumaron las piezas dentales de las hermanas de Simón Bolívar, María Antonia y Juana, para comparar su ADN mitocondrial (ADNmt) con el del Libertador y confirmar que los restos que reposan en el Panteón Nacional eran auténticos”.

“Se decidió obtener el ADN de su hermana María Antonia, por ser la “única familiar de la que se tiene claridad sobre lo que se denomina la cadena de custodia”, es decir, “que ha estado enterrada en el mismo sitio y que efectivamente es la hermana del Libertador Bolívar. También se decidió extraer una pieza dental de la otra hermana, Juana”.

“Luego del estudio del ADNmt, uno de los datos más relevantes de la investigación que duró un año, fue el resultado de la evaluación genética, en la que se comprobó que una de las muestras del ADN de Bolívar no coincidía con la estructura ósea de una de sus hermanas. El estudio determinó que había coincidencia en el ADNmt con los restos de María Antonia Bolívar, que reposan en la catedral de Caracas, comprobando que corresponden a la hermana mayor de Simón Bolívar”.

“Sin embargo, el ADNmt de los restos que se presumían eran de su otra hermana, Juana Bolívar, los cuales reposan en la cripta de la Catedral de Caracas, no arrojaron coincidencia alguna, concluyendo que el cuerpo de quien se creía era Juana, no corresponde a la familia Bolívar”.

Los estudios finalmente señalaron que los restos que reposan en el Panteón Nacional de Caracas corresponden al Libertador Simón Bolívar, definiéndose además que la causa de su muerte fue por un “desequilibrio hidroelectrolítico” que se produce “cuando existen pérdidas elevadas de agua, sodio, bicarbonato y potasio a través del intestino, causado en este caso por el exceso de enemas aplicados al Libertador por el Dr. Reverend”.

Jenifer Leal