***Un golpe de Estado direccionado desde EEUU con el aval de Fedecámaras, la cúpula eclesiástica, un grupúsculo de militares traidores y una conveniente cobertura de los medios privados, trae hoy a la conciencia política chavista: “Todo 11 tiene su 13”

CIUDAD MCY.- El 11 de abril de 2002 fue el día escogido por la derecha oligarca y sus aliados internos y externos, para la arremetida contra el Gobierno: exigir la salida abrupta del presidente Chávez para que emergiera la figura visible de la oposición venezolana, el empresario Pedro Carmona Estanga, “Pedro el breve”, como bien lo definió la narrativa informativa.

Los promotores del golpe redactaron un documento llamado eufemísticamente “Acta de Constitución del Gobierno de Transición Democrática y Unidad Nacional”, mejor definido como el “Decreto Carmona”, el cual borró, no en una transición, sino de un plumazo la Constitución de 1999 aprobada en referéndum y que “automáticamente” reactivó la de 1961.

Al conformarse un gobierno de facto, representado por el plutócrata presidente de Fedecámaras, se disolvió la Asamblea Nacional, el Tribunal Supremo de Justicia y suspendieron de sus funciones al Fiscal General, Defensor del Pueblo, Contralor General, a gobernadores y alcaldes electos.

El corolario de esa serie de eventos culminó en la madrugada del 14 de abril de 2002, cuando el Comandante Hugo Chávez Frías regresó al Palacio de Miraflores junto a su pueblo, dado que el día anterior se había exigido el retorno del Presidente y así restablecer el hilo democrático.

La nobleza de los partidarios de Chávez en la calle, el no reconocimiento del nuevo gobierno por gran parte de países latinoamericanos y la acción de militares leales a su Comandante en Jefe, posibilitó que el líder bolivariano reasumiera la Presidencia.

Pasaron apenas 48 horas luego de un fallido golpe de Estado, por el intento de derrocar a la Revolución Bolivariana. Los sucesos que sacudieron al Continente fueron expresión de una conspiración pensada, orquestada y financiada desde Washington.

EL PUEBLO PROTAGONISTA

El presidente legítimo había sido secuestrado, mientras intentaban mostrar a la opinión pública una supuesta renuncia. Sin embargo, hubo un detalle que no tuvieron en cuenta los golpistas: el pueblo bolivariano.

A pesar del golpe mediático y el silencio informativo, la gente humilde de los barrios y pueblos venezolanos sabía muy bien que su presidente no podía renunciar, Chávez estaba secuestrado. Fueron difíciles jornadas, pero el pueblo salió a las calles a defender a la Revolución, su Constitución y a su Presidente.

Los hechos de abril de 2002 mostraron la conciencia política de un pueblo y la lealtad de los militares honestos y los compromisos con el proceso revolucionario, al igual que la unión cívico-militar impulsada y promovida desde el comienzo por Chávez.

48 HORAS DE PERSECUSION, REPRESION Y VIOLACIÓN DE DERECHOS

Se violaron derechos humanos, garantías constitucionales y se cerraron medios públicos, populares y alternativos.

Hubo represión brutal por parte de organismos de seguridad como la Policía Metropolitana, Disip y los cuerpos policiales de los municipios Chacao y Baruta, bastiones del Este pudiente de Caracas. Se vulneraron derechos humanos vinculados a la integridad personal con agresiones y torturas. Igualmente hubo allanamientos sin procedimientos previos y sin las debidas garantías, tal como lo ordena el Ministerio Público.

Fueron públicas las detenciones ilegales de altos funcionarios entre ellos el ministro del Interior y Justicia, Ramón Rodríguez Chacín; el diputado Tarek William Saab; los gobernadores Florencio Porras y Ronald Blanco La Cruz, y allanadas la residencia del ministro de la Secretaría de la Presidencia, del Ministerio del Ambiente y otras dependencias gubernamentales. Asimismo, se agredió la Misión Diplomática de Cuba, violando al derecho internacional, regido por el Convenio de Viena.

SILENCIO INFORMATIVO Y MANIPULACIÓN MEDIÁTICA       

En relación al principio ciudadano de estar informado y del goce de la libertad de expresión: principalmente las televisoras y emisoras radiales privadas cercenaron ese derecho al pueblo de recibir información oportuna, veraz e imparcial, por el contrario, contribuyeron con desinformación, incertidumbre y zozobra en todo el país.

Unión Radio, Radio Caracas Radio, El Nacional, El Universal, El Nuevo País, Venevisión, Radio Caracas Televisión, Televén y Globovisión, fueron algunos de los medios que articularon acciones de persecución social contra el Gobierno Nacional; se dedicaron a transmitir informaciones en la que referían supuestos ataques armados por parte de revolucionarios a la marcha opositora que se dirigía a Miraflores, sin enfocar objetivamente lo que si ocurrió al sur de Puente Llaguno, en la avenida Baralt, lugar cercano a la sede del Poder Ejecutivo.

La televisora Venevisión transmitió imágenes que posteriormente se difundieron nacional e internacionalmente. La noticia difundida narraba los hechos, sin la figura de la presunción de que ambas marchas se habían encontrado en Puente Llaguno y que, en medio de una confrontación violenta, el bando revolucionario había disparado contra la marcha opositora; generando así bajas civiles.

Tanto impacto causó esas imágenes en la opinión pública internacional que el gobierno de España, a través de la agencia EFE y la Agencia Española de Cooperación Internacional, otorgó el 28 de noviembre de 2002 el premio Internacional de Periodismo Rey de España al reportero Luis Alfonso Fernández, quien realizó el reportaje. En julio de 2003, Fernández afirmó en un juicio que el vídeo transmitido por Venevisión el 11 de abril no era veraz y que había sido manipulado para dar a entender que así habían ocurrido los hechos.

A pesar de todas las adversidades vividas por este pueblo revolucionario y heroico durante los últimos 21 años, los planes golpistas e injerencista de Estados Unidos han sido derrotados. En medio de un permanente desafío, el gobierno venezolano y el pueblo chavista continúan escribiendo una admirable historia de resistencia.

A 21 años del golpe de Estado orquestado por Washington, la oligarquía venezolana y los medios de comunicación, los mismos enemigos internos y externos intentan nuevamente frenar el proceso de cambios iniciado por Hugo Chávez y seguido por el presidente Nicolás Maduro.

Coordinador de la Juventud del Psuv en el estado Aragua

Carlos Ayala: Contrarrestar las campañas de desinformación  

Aunque “sin la conciencia plena de la significación de lo que ocurría”, Ayala a sus 8 años de edad para esa época, si agradece a sus padres y a la comunidad de El Cementerio en La Victoria donde residía, el “permitirme ver de cerca como se pasó de la tristeza, de la incertidumbre de ese día 11, salir a reclamar la restitución del hilo constitucional”.

Para el líder juvenil le generó rareza y lo expresó reflexivamente, como “ese acontecimiento histórico del cual pude ser testigo, llamó mi atención de cómo esos medios llegaron a emplear la manipulación ante el pueblo y el mundo”.

Ayala está convencido de que “en el golpe de Estado contra el Presidente Chávez no solo participaron militares traidores y el gremio empresarial de Fedecámaras”, sino también los medios privados “quienes tergiversaron todo lo acontecido y lograron satanizar al Gobierno al punto de convencer, por un tiempo, que fueron los bolivarianos, los chavistas, los que asesinaron a los manifestantes que marcharon de manera pacífica”.

Veintiún años después, “es la juventud la llamada a contrarrestar las campañas de desinformación que aun hoy siguen satanizando al proyecto bolivariano, tal como lo hicieron antes” pero llevado ahora bajo el liderazgo del presidente Nicola Maduro.

Estudiante de Economía social, vicepresidenta de la Fveu y comisionada estadal de Relaciones Internacionales de la JPsuv

Mariexy Velandia: Diluyeron todos los poderes con un solo decreto por una sola persona

Para la dirigente de la Federación Venezolana de Estudiantes Universitarios, al oír de familiares, profesores y por su propia revisión histórica de toda la cadena de sucesos, lo que más le impactó fue que “quedará para la Historia muchos acontecimientos, pero algunos de manera negativa”.

Se preguntaba la entrevistada, “cómo se atrevieron a diluir los Poderes Nacionales, por una sola persona y con solo un decreto”, de cómo se disolvió el “orden constitucional y se violaron todos los derechos de los venezolanos para imponer a un personaje que no fue electo por el pueblo”.

A medida que corrían las horas del engaño mediático “los usurpadores del poder no les importó ni las muertes de las personas de esos días, ni como obviaron de informar lo que estaba pasando y hacer que el pueblo fuera ignorante de los sucesos”.

Velandia trae a la actualidad lo que el presidente Chávez dijo en el momento de su regreso a Miraflores hace 21 años. Ella piensa que “el llamado del Comandante tiene vigencia para los venezolanos de hoy”: promover el diálogo, la reconciliación, pero “sobre todo que el pueblo mantenga ese nivel de conciencia para defender la integridad de la patria”.

Dirigente político y periodista responsable de Agitación Propaganda y Comunicación (APC) del Psuv-MBI

Nathaniel Blanco: Hice conciencia política por lo que viví en abril del 2002

El periodista del Partido Socialista Unido de Venezuela recordó que el 11 de abril “los medios me estaban manipulando: Chávez renunció, fue destituido y pueblo no salió a defenderlo”, sin embargo, aunque inexperto “logré indagar por medios de llamadas que era un golpe de Estado, y que el país podría estallar una mortífera guerra civil”.             

Gracias a las declaraciones del periodista Luis Guillermo García, crítico al golpe de Estado por el protagonismo de los medios de comunicación privados, “despertó en mí como periodista recién graduado en 2002, mi conciencia política y asumir la carrera como dirigente del PSUV que soy hoy en día”.

Blanco piensa que no deberían repetirse toda esa sucesión de acontecimientos y que la manera de conmemorar los sucesos de abril de 2002 es “aupando a un pueblo organizado, un pueblo que despertó por el liderazgo de Chávez y su dirigencia política, llamar a defender a su revolución en cualquier escenario, y con la consigna más vigente que nunca: No volverán”.

MARCOS GAVIDIA