CIUDAD MCY.- Desde un exmilitar radical hasta un ex-asesor de la Embajada de Estados Unidos en Perú se perfilan como candidatos a la presidencia, en los tempranos tanteos preelectorales que confirman un panorama político fragmentado.

Aunque las elecciones generales están previstas para 2026, el lanzamiento no oficial de la candidatura de la neoliberal Keiko Fujimori y la posibilidad de que la actual mandataria, Dina Boluarte, no logre gobernar hasta entonces, han despertado los proyectos y ambiciones electorales.

Al menos cinco partidos nuevos gestionan su inscripción en el Registro de Organizaciones Políticas (ROP), entre ellos los del nacionalista radical Antauro Humala, hermano del expresidente Ollanta Humala.

Esa agrupación lleva un nombre cuyas siglas coinciden con el nombre del aspirante: Alianza Nacional de Trabajadores Universitarios Reservistas y Obreros (Antauro).

El ex-oficial del Ejército recuperó su libertad en meses pasados tras estar encarcelado desde el año 2000 por encabezar un alzamiento contra el gobernante neoliberal Alejandro Toledo (actualmente encarcelado por corrupción) y ha mantenido una intermitente actividad política, inclusive desde la prisión, y se dedica a recorrer el país para ganar adeptos.

También busca registrar su partido, Voces del Pueblo, del parlamentario y experimentado activista de izquierda Guillermo Bermejo, quien tiene pendiente un juicio por supuestos vínculos con el terrorismo, cargo por el que ha sido absuelto dos veces.

La lista de aspirantes incluye al periodista neoliberal y ex asesor de prensa de la embajada norteamericana, Carlos Espá, expresentador de la estación oficial de radio y TV del gobierno de Washington, que busca inscribir a su partido, Sicreo.

En el mismo empeño está el partido Primero la Gente, de Miguel del Castillo, hijo del veterano político derechista Jorge del Castillo y ligado a grupos evangélicos, que fue uno de los insólitos colaboradores de la campaa electoral de Pedro Castillo.

El político conservador de escaso predicamento Francisco del Castillo, que acumula varios fracasos electorales, intenta ahora registrar al partido Perú Acción.

En la lista falta un número importante de agrupaciones o intentos de formarlas, así como partidos antiguos que han perdido su inscripción oficial por no alcanzar el porcentaje de votos requerido para mantenerlo y buscan recuperar vigencia, como el Partido Aprista, que ya logró inscribirse.

A ello se agregan las 11 agrupaciones que integran el Congreso de la República y entre las que se cuentan fracciones de partidos escindidas durante la gestión parlamentaria y que pretenden o intentarían entrar al ruedo de la competencia por los votos ciudadanos.

Tampoco hay, por otro lado, señales que apunten a la formación de coaliciones ante la división y la dispersión del electorado.

En las filas de la izquierda, el objetivo de la unidad y los intentos de lograrla persisten, pero están lejos de traducirse en decisión política y proyectos concretos.

En la derecha del espectro político, un reportaje del diario La República que recogió la opinión de analistas políticos llegó a la conclusión de que las agrupaciones de ese sector no lograrán un bloque unitario para hacerse de la presidencia.

Los críticos de la derecha señalan que está más preocupada de usar su control del Parlamento, del que depende el débil gobierno de Dina Boluarte, para aprobar modificaciones legales y constitucionales que favorezcan sus planes de controlar el país independientemente de la voluntad popular, expresada en un rechazo de 90 por ciento al Legislativo en las encuestas.

Los entrevistados por el diario coincidieron en que los más importantes aspirantes derechistas a la presidencia son Keiko Fujimori y el millonario alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, la primera con resistencias que le han cerrado el paso a la presidencia tres veces, y el segundo sin éxitos en la alcaldía.

Fujimori ha reclamado su derecho a postularse pese a su promesa electoral de 2021 de no volver a ser candidata y López Aliaga ha relegado a segundo plano su propuesta de un bloque “democrático”, como llama a las fuerzas derechistas, que impulse a un candidato de consenso.

Uno de los analistas consultados, Percy Medina, dijo que lo único que podría unir a la derecha sería la unidad electoral de izquierda y centroizquierda, suma que en las encuestas arroja mayoría, pero no hay posibilidades de que ese bloque asome, al menos por ahora.

AGENCIAS