***A un año de los JJOO de París, el organismo se encuentra hostilizado bajo presiones de todo tipo

CIUDAD MCY.- Si bien es cierto que las federaciones deportivas han suavizado sus medidas de presión en cuanto a la participación en sus eventos internacionales de atletas rusos y bielorrusos, la situación no está tan clara con miras a los Juegos Olímpicos a celebrarse dentro de un año en París.

Sazonada con algunas escaramuzas aisladas en las cuales deportistas ucranianos se han negado a competir contra sus similares rusos o bielorrusos, o federaciones que han condenado la invasión con prohibiciones de participación de estos atletas, la situación se encuentra actualmente en un laxo limbo en el que pareciera que todo está normal.

Ha llegado al punto la situación, que la tenista ucraniana Marta Kostyuk fue abucheada por el público parisino al negarse a darle la mano a su rival bielorrusa Aryna Sabalenka en el marco del Roland Garros.

Atrás quedaron las medidas tomadas en Wimbledon el año pasado, cuando en el All England Tennis Club se vetó a los tenistas rusos, o en la Fórmula 1, donde “recomendaron” al piloto ruso Nikita Mazepin, de la escudería Haas, ceder su asiento a otro competidor. También quedó en el olvido el boicot al Mundial de Voleibol masculino de agosto pasado, que debía celebrarse en Rusia y fue cancelado.

Así las cosas. Bajo la premisa de que deporte y política no deben meterse en el mismo saco, el Comité Olímpico Internacional (COI), la primera organización deportiva que enarboló la bandera de sanciones condenando la invasión, ahora no sabe qué hacer ante la inminente celebración de los JJOO París-2024.

Lo cierto es que a medida que se acerca la inauguración (26 de julio de 2024) de los Juegos de París, el COI no se ha pronunciado sobre la fecha en que tomará su decisión definitiva, basada en unos misteriosos criterios, mientras numerosas disciplinas olímpicas han emprendido su proceso de clasificación.

A su debido tiempo

Reseña la agencia AFP que desde finales de 2022 el COI lo que ha hecho es ganar tiempo para «explorar medios» que devuelvan a rusos y bielorrusos al seno del deporte mundial.

La organización que rige el deporte olímpico ha establecido una serie de criterios para el regreso a la competición de rusos y bielorrusos, tal es el caso de participar bajo bandera neutral, «a título individual», no haber apoyado activamente la guerra, y no tener contrato con el ejército o con una agencia de seguridad rusa.

No obstante, nada asegura su presencia en la magna cita de París en 2024, ni en los Juegos Olímpicos de invierno a disputarse en Milán dos años después, y es así que el COI tomará su decisión «a su debido tiempo, a su única voluntad y sin estar ligada con los resultados de las pruebas de clasificación olímpica», aseguró su presidente, el alemán Thomas Bach.

Y tanto es así que nada asegura la presencia de rusos y bielorrusos en París y Milán, que el COI en ese turbio devaneo en el que se maneja actualmente no invitó a los Juegos Olímpicos a loa atletas de esos países.

En efecto, en el tradicional envío de las invitaciones a los Comités Nacionales Olímpicos (CNO), el organismo con sede en Lausana se contentó con invitar a 203 países sin que figurasen entre ellos Rusia y Bielorrusia.

Misteriosas condiciones

En todo caso, el COI tiene la última palabra. Y ahora mucho más, que es el centro de ataques tras ser acusado de plegarse ante los rusos o como de imponerles medidas inaceptables, y en este punto lo que hace es justificarse con el manido argumento de que los deportistas no pueden ser discriminados por criterios políticos.

Pero el Comité Olímpico Internacional guarda un as bajo la manga, una misteriosa llave que bien podría dar el aval para dejar a rusos y bielorrusos participar en los Juegos, o al contrario, privarlos de ellos. Se asegura que la decisión dependería de la evolución del conflicto bélico en Ucrania.

Mientras sigan los desmanes de las tropas rusas sobre objetivos civiles ucranianos, así como los ajusticiamientos y torturas, con toda seguridad que la presión política sobre el COI se incrementará con amenazas de boicot incluidas, y hasta el país anfitrión de los JJOO podría privar de visado a los deportistas rusos y bielorrusos. Así las cosas.

AGENCIAS