***La verdadera posición del ser humano en la sociedad, debe partir del amor y el respeto

CIUDAD MCY.- Las mujeres han demostrado con el pasar de los años, a través de sus luchas sociales, acciones y sueños que trabajan arduamente por hacer que la huella que dejan impresa en la historia de la sociedad no se puede borrar fácilmente.

El empoderamiento femenino es un término muy sonado y vivido en la actualidad. Les ha otorgado un impulso a las mujeres trabajadoras, a las madres, a todas aquellas que dan vida en un núcleo familiar, trabajo o cualquier espacio donde se desenvuelven.

La evolución de la sociedad y el cambio que ha habido en los estereotipos, les ha permitido finalmente poder alzar la voz en los momentos de injusticia, en la toma de decisiones y en la búsqueda de la igualdad de condiciones, con el fin de determinar un futuro en sus vidas y en las vidas de las mujeres que se están formando en este nuevo sistema.

Una sociedad estable y justa es el propósito principal de las movidas feministas, para que las mujeres puedan tener mayor visibilidad en sus aportaciones, haciendo el uso correcto de los derechos humanos y los derechos para la mujer.

Sin embargo, también es relevante señalar que hoy día se ha tergiversado el propósito del empoderamiento femenino cuando se desdibujan las líneas que limitan los derechos y los deberes de toda mujer.

La posición correcta de una mujer en la sociedad no debe ser sinónimo de desplazamiento al hombre, todo lo contrario, es realmente importante encontrar el equilibrio correcto para aplicar el correcto funcionamiento de la igualdad de género.

Cabe resaltar que los roles del hombre y la mujer no deben ser llevados al extremo. El amor, respeto, paciencia y tolerancia son los valores que se deben trabajar diariamente por mantener en sintonía, primero de forma individual para así poder conectar con los demás.

Sin duda alguna, el valor de una mujer no es cuestionable, como tampoco el del hombre. Ambos son merecedores de los mismos beneficios y oportunidades, razón que debería impulsar los movimientos sociales que buscan una sociedad sostenible y feliz.

MARÍA JOSÉ PARRA (PASANTE)