CIUDAD MCY.-Los entrenadores muestran entusiasmo sin lanzar campanas al vuelo y la afición rescata la eterna rivalidad entre el Real Madrid y el Barcelona, hoy a las puertas de un título.
La final este domingo de la Supercopa de Fútbol de España es un excelente aperitivo de la temporada, con el aliciente de obtener un cetro que otorga galones, aunque sea a priori el menos relevante.
El hecho de jugarse en Riad, Arabia Saudita, en una iniciativa donde fluyen los petrodólares, no le resta morbo. Los azulgranas de Xavi Hernández conquistaron la Supercopa el pasado año, con un convincente 3-1 ante los merengues del italiano Carlo Ancelotti.
Para los catalanes, la motivación es tal vez una cuestión de supervivencia. Están a siete puntos de los líderes de LaLiga (Real Madrid y Girona) y su rendimiento fue inestable en las últimas semanas.
Xavi necesita que sus futbolistas, cuando menos, compitan bien. Falta de contundencia en ataque y fisuras en la defensa fueron sus puntos neurálgicos hasta ahora.
Buscará aplicar un cerrojo más fiable atrás, con el sustituto en portería Iñaki Peña, el uruguayo Ronald Araujo y el danés Andreas Christensen de centrales, y el francés Jules Koundé y el local Alejandro Balde en los laterales.
La alineación titular pudiera completarse con el alemán Ilkay Gundogan al lado del recuperado Pedri González y el neerlandés Frenkie de Jong. Para buscar goles, el polaco Robert Lewandowski, el portugués Joao Félix y posiblemente el jovencito Lamine Yamal.
Viene de ganar la semifinal ante el Osasuna 2-0 en un partido a ratos atascado y resuelto por Lewandowski y ya en descuento, con diana de Yamal.
Como nota brillante, la historia de las remontadas del Real Madrid reverdeció laureles en la otra semifinal, batir 5-3 en épico duelo al Atlético de Madrid. Un triunfo en 122 minutos de encuentro y altibajos en el dominio del juego, que indudablemente provocan mayor desgaste físico a la “casa blanca”.
Ningún pretexto, como admite Ancelotti desde Riad, tampoco lo acepta Xavi. El Clásico es otra realidad que seguramente se decidirá por pequeños detalles, coinciden ambos.
La realidad invita ahora a resetear todo lo ocurrido anteriormente, porque puede antojarse un espejismo, justamente en un país con arenas del desierto.
Raras veces el Real Madrid gana un partido sin que los goleadores, por lo menos alguno, sea de la plantilla titular de atacantes. Y como la excepción confirma la regla, así se dio ante el Atleti: Rudiger, Mendy, Carvajal, Joselu y Brahim Díaz.
Por lo cual, se pensaría que la ambición de marcar será aún mayor el domingo para el inglés Jude Bellingham (Pichichi de LaLiga con 13 dianas), y los brasileños Rodrygo Goes y Vinicius Junior.
El señalado del Real Madrid fue el guardameta Kepa, por lo cual muchos apuestan al ucraniano Andry Lunin. Luego, la defensa se completará sin dudas con el germano Rudiger y Nacho Fernández de centrales, y el francés Mendy y Dani Carvajal en los laterales.
La manija del equipo será el alemán Toni Kroos, probablemente el francés Eduardo Camavinga como novedades en la titularidad, al lado del uruguayo Fede Valverde y, por supuesto, Bellingham.
Delante, la pareja de brasileños Rodrygo y Vinicius, pero con la perspectiva del ingreso del ascendente atacante español Brahim Díaz.
¿Pronósticos? Difícil tarea. Por el recorrido, ligeramente superior la “casa blanca”, pero en un Clásico todo puede suceder. Un marcador 2-1, como el anterior duelo en LaLiga, favorable al Madrid, no sería descabellado.
Fuente Agencias