CIUDAD MCY.- Cada 29 de octubre se celebra en Venezuela el Día Nacional de la Semilla Campesina, una fecha instaurada en 2005 por el Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (INIA) con el propósito de rescatar la biodiversidad ancestral de los cultivos y reforzar la soberanía alimentaria.
La conmemoración destaca la importancia de las semillas autóctonas en la agricultura nacional, promoviendo el uso exclusivo de variedades locales para reducir la dependencia de insumos importados. En este marco, estudiantes, productores, organizaciones comunitarias y movimientos sociales se reúnen cada año en actividades de intercambio de semillas y saberes tradicionales.
Como parte de esta política, el Gobierno Bolivariano fomenta la creación de Bancos de Semillas Comunitarios, una herramienta clave para aumentar la capacidad de respuesta de los agricultores ante el cambio climático, las plagas y otros desafíos que afectan la seguridad alimentaria. Estas acciones también fortalecen el tejido territorial y el conocimiento colectivo en las comunidades rurales.
Venezuela cuenta con una Ley de Semillas que establece el marco legal para la preservación, producción y uso de semillas locales, campesinas, indígenas y afrodescendientes. La normativa declara estos recursos como bienes comunes de interés público, cultural y natural, reconociendo su valor material e inmaterial en el desarrollo de una agricultura sustentable.
La semilla campesina representa un componente esencial en la construcción de modelos productivos soberanos, vinculados a la identidad cultural y al equilibrio ambiental. Su preservación forma parte de los esfuerzos nacionales por garantizar el derecho a la alimentación y la autodeterminación de los pueblos.
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