CIUDAD MCY.- El Gobierno de Colombia, liderado por el presidente Gustavo Petro, materializa un contundente gesto de solidaridad regional y cooperación Sur-Sur al anunciar el envío de 240 toneladas de ayuda humanitaria a Cuba, golpeada severamente por el huracán Melissa. Esta acción subraya el compromiso de Colombia con el Caribe y se suma al apoyo ya brindado por naciones hermanas como Venezuela, que previamente ha movilizado ayuda esencial a la isla.

El buque ARC Victoria zarpará este lunes desde Cartagena de Indias con un vasto cargamento de asistencia coordinada por la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd). La ayuda incluye kits de alimentos y aseo, toldillos, leche UHT y agua y combustible.

La operación logística ha contado con la articulación de múltiples entidades del Estado colombiano, incluyendo la Cancillería, la Defensa Civil, las Fuerzas Militares y de Policía, y el apoyo de empresas estratégicas como Ecopetrol.

EL GESTO DE SOLIDARIDAD DE PETRO

El presidente Gustavo Petro destacó personalmente la importancia de este apoyo a través de su cuenta en X, reafirmando una visión de hermandad y cooperación en la región. “Más de 50 toneladas a Jamaica y Cuba. La solidaridad debe ser permanente con Haití…no mandamos misiles, mandamos comida y vida”, expresó el mandatario.

Esta declaración resalta no solo la magnitud de la ayuda (que totaliza más de 50 toneladas entre los dos países caribeños, sumado al posterior envío de 240 toneladas a Cuba), sino también la vocación de paz y vida que guía la política exterior de su Gobierno frente a la asistencia bélica.

El envío de Colombia fortalece la respuesta regional al desastre. El Gobierno de Venezuela, por su parte, ya había enviado 46 toneladas de ayuda humanitaria a Cuba y Jamaica tras el paso del huracán Melissa, reafirmando los lazos históricos y el espíritu de acompañamiento mutuo entre las naciones bolivarianas.

ESTRAGOS DEL HURACÁN MELISSA

Melissa tocó tierra en Cuba el pasado miércoles con vientos de hasta 200 kilómetros por hora y lluvias que alcanzaron hasta 400 milímetros en algunas zonas. El huracán ha dejado tras de sí un panorama de devastación que incluye cortes masivos de electricidad y derrumbes totales y parciales de viviendas e infraestructuras.

También ha ocasionado problemas generalizados en las comunicaciones, así como severas inundaciones y pérdidas considerables en la agricultura.

Aunque el Gobierno cubano no ha cuantificado aún los estragos totales ni reportado víctimas, la magnitud de los daños hace imprescindible esta ola de apoyo internacional.

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