CIUDAD MCY.- La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, utilizó su intervención en la COP30 de Belém do Pará, Brasil, para denunciar al capitalismo como el «principal verdugo ambiental» y exigir justicia climática global.

En este sentido, la mandataria afirmó que, así como la Convención de 1994 firmada en la misma ciudad brasileña consagró el derecho de las mujeres a vivir libres de violencia, «también la Tierra tiene derecho a vivir libre de abusos, explotación y violencia».

La mandataria, quien preside la Coalición de Países con Bosques Tropicales, afirma que la Cumbre «devuelve al Sur la voz de la esperanza y de la vida».

Castro denuncia la «desigualdad climática», al señalar que «100 corporaciones generan el 71 % de las emisiones contaminantes» y que el Norte Global, con solo el 10 % de la población, produce más de la mitad de los gases que destruyen el clima. En paralelo, sostuvo que el cambio climático «es una herida abierta que sangra en nuestros pueblos».

La jefa de Estado hondureña reiteró las siete medidas urgentes que propuso en la COP28, entre las que destacan: el cese inmediato de las guerras para asegurar la paz con respeto al derecho internacional, condenar el terrorismo en todas sus formas, incluido el terrorismo de Estado, y declara que «el genocidio contra el pueblo palestino en Gaza no puede quedar impune».

También mencionó como primordial la conversión de la deuda externa de países acreedores y organismos de crédito para implementar planes de desarrollo ambiental.

Asimismo, recalcó la importancia de incluir los delitos ambientales en la jurisdicción de la Corte Penal Internacional para castigar a empresas y gobiernos, además de erradicar el lucro depredador y reducir el consumo irracional de recursos por las potencias industrializadas.

Durante su intervención, Castro aseveró además que «Refundar Honduras» significó devolver la dignidad, la soberanía y el alma verde al país, al revertir el «saqueo, impunidad, corrupción público-privada» y la entrega de recursos naturales de la «narcodictadura» impuesta en el país tras el golpe de Estado de 2009.

La intervención de la presidenta Castro en la COP30 posicionó al Sur Global como la reserva vital del planeta, al tiempo que denuncia las dinámicas neocoloniales y la explotación capitalista como causas de la desigualdad climática y la violencia. Su participación se alinea con el llamado a la integración regional y la soberanía frente a las potencias contaminantes del Norte.

Fuente: TeleSUR | FOTO CORTESÍA