En 20 estados del país existe esta manifestación, cada una tiene su particularidad en su confección, la música y la temporada; en Choroní se realiza el baile con ritmos tradicionales de la costa

CIUDAD MCY.-Las tradicionales burriquitas alegran las fiestas decembrinas con sus trajes de colores vibrantes y su música alegre inconfundible que pone a bailar a todos los presentes. Esta tradición originaria de España, y adaptada gracias a nuestros negros esclavos de la época de las costas aragüeñas, se ha convertido en una de las más divertidas e importantes del país.

Este colorido baile se realiza principalmente cada 12 de agosto en Choroní, día de la patrona Santa Clara de Asís, sin embargo, se pueden encontrar en otros lugares de Venezuela que bailan en la época decembrina, así como también en carnaval.

Aproximadamente en 20 estados del país existe esta manifestación, cada una tiene su particularidad en su confección, música y temporada; particularmente en Choroní, se realiza el baile con ritmos tradicionales de la costa.

Carlos Daniel Ayala, bailador de la burriquita en Choroní, es heredero del legado de Delfín Fajardo y Pablo Ayala. “Delfín Fajardo fue el primer bailador de la burriquita en Choroní e inició su trayectoria como bailador en 1920. En 1973 Delfín fallece y toma las riendas del baile Pablo Ayala, quien es patrimonio cultural de la nación decretado en el 2004 y ratificado en el 2016 cuando se nombra la manifestación de las burras y burriquitas como patrimonio cultural de la nación”, expresó Ayala.

Ayala relató que desde muy pequeño siempre vio a su papá bailar la burriquita. “Yo decía, que quería ser como mi papá y mi papá me decía que yo tenía que ser mejor que él. Con el tiempo fui bailando la burriquita y hoy llevo 34 años realizando esta manifestación que viene de generación en generación. Soy la tercera generación bailando la burriquita al estilo de Choroní”.

“Cuando era niño mi papá iniciaba el baile y yo me incorporaba a mitad de la presentación, hoy en día hacemos intercambio, mi papá entra en una parte y yo en otra. También buscamos incorporar a los turistas, le colocamos la burriquita, hacemos que bailen con ella, ellos nos preguntan y nosotros les contamos la historia y tradición. En otros municipios se hacen encuentros nacionales o municipales de Burriquitas.  Días anteriores se realizó el vigésimo octavo Festival de Burras y Burriquitas tradicionales en San Casimiro, donde nosotros debemos resaltar la nuestra”, indicó Carlos Ayala.

NÚCLEO DE INICIACIÓN Y TRANSMISIÓN DE SABERES

 Los núcleos de iniciación y transmisión de saberes son los lugares donde se forman a niños en el arte de la burriquita. Se les enseña desde su confección hasta cantar, tocar la música y a bailar. En 17 de los 18 municipios del estado hay presencia de la burriquita.

Cabe destacar que, en Aragua se encuentran 5 portadores patrimoniales de la burriquita. En cada municipio hay un representante. En San Mateo se encuentra Cristóbal Landaeta; en Villa de Cura Marcos Montesinos; en Mariño José Luis Cortés y en Girardot brilla la burriquita tradicional de Choroní.

“Para confeccionar la burriquita se necesitan diferentes materiales como gomaespuma, tejido tipo peluche y telas de colores vibrantes. Se debe tener los elementos tradicionales como el sombrero, sin trencitas, ya que en muchos estados de Venezuela si se llevan las trenzas, también se debe tener las piernas falsas y un camisón que cubre la parte superior para que se asemeje que hay alguien montado encima de la burriquita”, indicó Ayala.

INICIOS DE LA BURRIQUITA

La burriquita nace de dos manifestaciones españolas que eran los caballines y las vaquillas. Al llegar los conquistadores a tierras americanas trajeron esas costumbres y con el tiempo se fueron mezclando con las de nuestros aborígenes y los negros esclavizados. Ellos lo querían hacer como burla, donde la mujer en este baile no tenía participación. Ahora en este tiempo hay más mujeres que hombres bailando las burriquitas.

“Esta manifestación nace en la isla de Cubagua y se expande por toda Venezuela. Llega a Choroní desde Nueva Esparta por vía marítima gracias a ese intercambio de cacao y café en 1920 en Payare.

ANAÍS RONDÓN |  FOTOS: CORTESIA