
***La educación sigue siendo un faro de esperanza en el futuro del país, y el regreso a clases es un recordatorio de que, a pesar de los desafíos, la búsqueda del conocimiento nunca se detiene.***
CIUDAD MCY.- El regreso a clases en Venezuela siempre ha sido un evento significativo en la vida de los estudiantes y sus familias. Sin embargo, en los últimos años, este proceso ha adquirido matices diferentes, reflejando los desafíos económicos y sociales que se pueden presentar.
Claro está que la preparación tanto de los alumnos como los representantes varía, pues los jóvenes están emocionados por iniciar una nueva etapa y los padres se organizan para poder complacer a sus hijos.
La primera etapa de iniciación educativa en el preescolar, en esta etapa, la preparación se centra en lo lúdico y en la adaptación al entorno escolar. Los representantes suelen invertir en útiles básicos como cuadernos, lápices de colores y materiales de arte.
Las instituciones educativas organizan actividades de integración, donde los niños pueden conocer a sus compañeros y profesores. La preparación emocional es clave, ya que muchos niños experimentan ansiedad ante su primer día de clases.
A esto le sigue la primaria. Para los estudiantes, la preparación se vuelve más estructurada. Los padres buscan uniformes y útiles específicos, como libros de texto y materiales de escritura.
Este nivel también implica un mayor compromiso por parte de los representantes, quienes deben asegurarse de que sus hijos tengan un ambiente propicio para el estudio en casa.
Las escuelas suelen realizar reuniones previas al inicio de clases para informar sobre el currículo y las expectativas del año escolar.
Luego llega la etapa más difícil en todos los aspectos de los adolescentes, la secundaria, estos asumen más responsabilidades en su preparación académica, aparte de estar transitando por un nivel del desarrollo del ser humano bastante compleja.

Además de los materiales escolares, se espera que manejen su tiempo de estudio de forma más autónoma. Los representantes, aunque todavía involucrados, permiten que los jóvenes tomen decisiones sobre sus materias y actividades extracurriculares.
La presión académica aumenta, y muchos estudiantes comienzan a prepararse para el futuro, explorando opciones de bachillerato y carreras técnicas.
El regreso a clases no solo es un proceso para los estudiantes; los representantes juegan un papel crucial en esta transición. En un contexto de crisis económica, muchos padres deben hacer malabares para comprar los útiles escolares necesarios. Las ferias de intercambio de libros y materiales se han vuelto comunes, donde las familias pueden ayudar a otras a adquirir lo que necesitan.
Por otro lado, los estudiantes, especialmente en la educación secundaria y superior, se están adaptando a nuevas formas de aprendizaje. A medida que la tecnología avanza, muchos estudiantes utilizan plataformas en línea para complementar su educación.
Esto les permite acceder a recursos educativos y formar grupos de estudio virtuales, algo que se ha vuelto esencial en tiempos recientes.
MARÍA JOSÉ PARRA

