CIUDAD MCY.- Pedro Emilio Coll (Caracas, 12 de julio de 1872 – Ib., 20 de marzo de 1947) fue un periodista escritor, ensayista, político y diplomático venezolano. Se le reconoce como uno de los principales promotores del modernismo en Venezuela y uno de los precursores de la vanguardia en América Latina.
Coll construyó una literatura fragmentaria, libresca, intertextual, dandy, llena de juegos metaficcionales, pasajes oníricos, diálogos filosóficos, situaciones inquietantes e incluso fantásticas, que influenciará la literatura venezolana y latinoamericana del siglo XX.
Infancia y juventud
Sus padres fueron Pedro Coll Otero y Emilia Núñez Mieárquez. Pariente por vía paterna del poeta Jacinto Gutiérrez Coll y materna del humanista colombiano Rafael Núñez. En la Imprenta Bolívar, propiedad de su padre, tuvo contacto en su juventud con algunos de los más importantes escritores de la época. Las narraciones y cuentos infantiles que le relataba su vieja aya Marcolina, despertaron según él mismo, su interés por las letras. La primaria la cursó en el colegio La Paz de Caracas, dirigido por Guillermo Tell Villegas.
En El Castillo de Elsinor, relata sobre su infacia lectora:
«Mis primeros viajes ideales los hice en esas ligeras embarcaciones que van ciudad abajo arrastradas por la corriente; pero los libros que entonces leía me hablaban de islas maravillosas, de países fantásticos, y hacia ellos navegaba mi imaginación en la frágil navecilla, sin pensar que una piedra bastase para detenerla y que en un charco pudiera naufragar una carga de ensueños”.
Cosmópolis y El Cojo Ilustrado
En 1887 contribuyó a la fundación del Teatro Municipal de Caracas4 y en 1889 a la creación del Liceo Artístico de Caracas, que tenía como función fomentar la afición por el teatro criollo y español en la ciudad.5
Se inicia en la literatura en 1892, cuando publica un artículo sobre la historia del teatro en el diario El Pueblo de Caracas.
A los 22 años tras abandonar los estudios universitarios, fundó junto con Luis Urbaneja Achelphol y Pedro César Domínici, la revista Cosmópolis, publicación que es considerada como la iniciadora del movimiento modernista en la literatura venezolana.
El modernismo planteado por lo tres autores no fue, sin embargo, uniforme. Para Domingo Miliani, «Pedro César Dominici se perfila «decadente» y cosmopolita confeso. Coll es un tolstoiano ecléctico. Urbaneja, el más joven, rompe lanzas por conciliar la materia nacional con las innovaciones técnicas
y expresivas del nuevo movimiento. En un Charloteo sostenido por los tres para abrir el primer número, se ven las derivaciones».6
Mientras Coll y Dominici se consagran como unos de los mayores exponentes del modernismo, Urbaneja encabezla estética criollista de finales del siglo XIX.
Entre 1895 y 1907, fue colaborador de El Cojo Ilustrado donde publicó una serie de cuentos, entre ellos El diente roto, considerado como un clásico del género.
Reino Unido y Francia
En 1896, publicó su primer libro titulado Palabras, una recopilación de ensayos sobre arte y educación.
En 1897 contrae matrimonio con Paulita Borges Delgado, y parte a Inglaterra. Allí ejerció como cónsul de Venezuela en Southampton entre 1897 y 1899.
Fue en Inglaterra donde tuvo la oportunidad de trabajar con la revista Mercure de France, encargándose de la sección Letras latinoamericanas. Esta etapa de Coll, según Sylvia Molloy, fue fundamental para la difusión de la literatura hispanoamericana en Francia.72 Sylia Molloy y Paulette Silva Beauregard coinciden en afirmar que Coll fue quine introdujo y despertó el interés de Francia en el modernismo latinoamericano.
En julio de 1899, regresa a Venezuela, y al año siguiente, es nombrado director en el Ministerio de Fomento.
En 1901, en la tipografía Herrera Irigoyen, donde se publicaba El Cojo Ilustrado, aparece su miscelánea, con tono ensayístico y narrativo, El Castillo de Elsinor. Se trata de un libro híbrido, fragmentario y vanguardista, dividido en tres partes: Sueños, Figuras y Sensaciones. En este libro se conjuga «el acto reflexivo con la escritura que da lugar al ensayo, la elaboración de la ficción a través de sus cuentos y, en la última parte, el elemento testimonial, una escritura mucho más íntima, pero con un resultado paródico y que está presente en las secciones anteriores: el humor.»8
En 1911 se le incorporó como Individuo de Número de la Academia de la Lengua. En 1913 es nombrado Ministro de Fomento y Cónsul general de Venezuela en París en 1915.
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