***Disfruten de una nueva edición de «A Swing Completo» por Yelimar Requena***
CIUDAD MCY.- Poco importa el contexto, estar en tu casa es sinónimo de libertad. “Mi casa, mis reglas”, suelen decir con autoridad las madres venezolanas y no hay nada que refutar. En el deporte la premisa es la misma, ser local, especialmente en el beisbol, te da muchas libertades, entrenas primero, dispones del terreno las veces que desees y muy importante la afición está de tu lado.
Bravos de Margarita no tuvo eso en ninguna de las cuatro campañas anteriores. En 2020 la pandemia del Covid-19 los obligó a jugar en Valencia, en medio de un torneo en el que no hubo acción en la isla, Puerto La Cruz, ni Zulia, y los equipos se dividieron en liga occidental y liga oriental. La normalidad volvió el siguiente año para todos, menos para los insulares.
Grande fue la sorpresa cuando Bravos anunció en 2021 que jugaría de local en el Forum de La Guaira, alegando entonces problemas de logística. La historia se repitió al año siguiente y en 2023 apenas hubo una pequeña diferencia, irían a la capital y compartirían el parque de la UCV con Tiburones.
Bravos tuvo que aprender a jugar en medio de un silencio abrumador que no es propio del beisbol, todo esto mientras en redes sociales el clamor de los margariteños se volvió ensordecedora, “vuelvan o cámbiense el nombre”.
Finalmente, una respuesta llegó este año. Era febrero, y todavía estaba fresco el título de Tiburones, cuando el gerente general de Bravos, Yves Hernández, aseguró que volverían a casa para la campaña 2024-2025. Era un reto inmenso, casi una utopía porque nada quedaba del estadio que en 2010 recibió la Serie del Caribe. Pero los insulares se arriesgaron e incluso dijeron que jugarían de día si no podían resolver el tema de las torres de luz.
Hubo un gran revuelo y llegó entonces la solución, el Estado aprobaría recursos para ese y otros recintos. La ilusión creció y comenzó la cuenta regresiva.
La temporada 2024-2025 inició el 11 de octubre y la primera cita en Guatamare estaba pautada para el 29. No estuvieron listas las luces, pero como quiera que sea Bravos volvió a casa. El calendario se reajustó y se pautaron los primeros ocho juegos para el mediodía. Lograron el añorado regreso y tomaron un segundo aire.
Porque antes de pisar la isla tenían récord de 5-8, siete días después lucen foja de 12-9 y son segundos en la tabla a solo un juego. Mucho tiene que ver la afición. El martes 29 de octubre para el primero de la serie ante Tigres, 1.386 fanáticos dijeron presente. Un total de 3.160 asistieron el fin de semana para los choques ante Tiburones.
Parece que el tiempo no pasó, hay beisbol en Guatamare y en la silla 7 detrás del home está el charrasquero, no Lorenzo Carvajal, pero si su nieto, que está dispuesto a seguir con la tradición y alentar a esos Bravos, que ahora sí son los Bravos de Margarita.
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