CIUDAD MCY.- Sí en el mundo existe una versión humana de la palabra responsabilidad está representada en Magda Romero. Empleada en el área de saneamiento del hospital Los Samanes, Romero es una humilde mujer que dejó sus estudios cuando cursaba tercer año de bachillerato, pero eso no le impidió forjar sus sueños, sacar adelante a su familia y convertirse en una “Gente Valiosa” para el sistema de salud del estado Aragua.

Romero, quien desde los 18 años ha trabajado en distintas instituciones públicas y privadas, destacó dentro de su amplio currículo su estadía laboral en el Centro Oftalmológico Regional Aragua y en hospital Los Samanes, aunque también ha ejercido cargos como suplente es instituciones como los ambulatorios de 23 de Enero y San Vicente en el municipio Girardot, en algunos Centros de Diagnóstico Integral y el Hospital Central de Maracay. “Duré 6 años trabajando en quirófanos del Hospital Central de Maracay, allí vestía a los pacientes antes de las operaciones y la verdad todos fueron muy amables conmigo”, recordó.

A pesar de tener 65 años, Magda asegura con mucho entusiasmo que aún le queda mucho por dar al sector salud del estado Aragua, en espacial a Corposalud, institución a la que está agradecida por hacerla empleada fija. Estoy agradecida con Dios por esta oportunidad que me han dado”.

Romero es una persona muy jovial, llena de fuerzas, tan así, que asegura que a pesar de su edad aún maneja una bicicleta para llegar a su trabajo. “En mi bicicleta voy para el hospital central, voy al cementerio metropolitano, voy a donde quiero, mi bicicleta es mi vida, es más te cuento que hace cinco años me robaron una, pero entre mis compañeros, los médicos y las enfermeras hicieron una colecta y me regalaron otra”, rememoró con especial emoción.

Romero, quien es residente de la comunidad de Santa Rosa de la ciudad de Maracay, vive actualmente con su madre, quien tiene una fractura de fémur que la tiene en cama y un hermano de condición especial. Además de ello, tiene una hija de la que comenta es su mayor orgullo, ya que es profesora de Química y da clase en dos colegios y tiene dos nietos.

A pesar de no contar con una casa propia, Magda Romero no pierde el ánimo de hacer su trabajo a diario de forma excelente, ya que el hospital Los Samanes es su segunda casa y la cuida y valora como si fuera su vivienda principal. “Yo me esmero como si este lugar fuera mi casa, yo me esmero mucho en hacer bien mi trabajo, nunca falto, hasta enferma vengo, porque si estoy enferma aquí me curo”, concluyó con una sonrisa dibujada en sus labios.

PRENSA CORPOSALUD