
***Combatir la desigualdad para un mejor futuro es el lema de este año para la celebración de este día, buscando una garantía de vida para todos por igual
CIUDAD MCY.- Desde el 1989, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el Día Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales que se celebraría el segundo miércoles del mes de octubre. Sin embargo, a partir del 2009 la celebración se fijó todos los 13 de octubre, con un cambio del nombre a Día Internacional para la Reducción de Riesgos de los Desastres.
Este ajuste se realiza con el motivo de, según la Oficina de Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastre (Unisdr), que los desastres no son naturales; son el resultado de la falta de prevención antes los fenómenos de la naturaleza.
Por esta razón, todos los 13 de octubre tienen el fin de generar una cultura a nivel mundial, de trabajar en pro de disminuir los riesgos derivados de los desastres naturales, promover la prevención y preparación ante los fenómenos.
El lema de este año 2023 es «Combatir la desigualdad para un futuro resiliente», mientras que, el del año 2022 fue «Acción temprana y alerta temprana para todos», pues, el fin de la ONU es obtener en un plazo de 5 años que todos, a nivel mundial, estén resguardados y alertas ante los fenómenos naturales a través de sistemas de alerta temprana.
Otro objetivo importante que se persigue en esta efeméride es abordar la relación desigual de vulnerabilidad ante los desastres naturales. Debido a que, en muchos países con altas probabilidades de desastres naturales, tienen una población también elevada en los límites de la pobreza, y es por ello que el lema de este 2023 incita a la acción para un mejor futuro.
Es bien sabido que muchas familias no tienen un acceso igualitario a los servicios de seguros que cubren los gastos de los bienes luego de un accidente. Es por ello, que la mejor manera de tratar el tema con una solución, es crear una sociedad preparada en métodos de alerta.
Ningún país está exento a las embestidas de la naturaleza, incluso los países con bajo nivel de peligro, han sufrido los movimientos de una fuerza que nadie puede controlar. En Venezuela, las tragedias más recientes de Las Tejerías y El Castaño, en el estado Aragua, demostraron que en un abrir y cerrar de ojos se puede perder todo por lo que se trabajó una vida entera.
Estar prevenidos en cualquier caso, y contar con la vigilancia constante de equipos especiales en los movimientos en la placa tectónica de la tierra, salvaría la vida y los bienes de muchos.
MARÍA JOSÉ PARRA (PASANTE)

