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****La SAV destaca una nutrición adecuada no solo ayuda a mantener la energía y fortalecer el sistema inmunológico, sino que también puede reducir los efectos secundarios de la quimioterapia y radioterapia

CIUDAD MCY.-Un diagnóstico de cáncer puede ser un desafío, pero contar con herramientas para mejorar la calidad de vida es fundamental y la alimentación es una de ellas. Estudios científicos han demostrado que una dieta balanceada y personalizada puede jugar un papel clave en el bienestar de los pacientes oncológicos, complementando los tratamientos médicos y favoreciendo una recuperación más rápida.

La organización American Institute for Cancer Research ha publicado numerosas investigaciones que destacan la importancia de la alimentación en la prevención y tratamiento del cáncer.

Por su parte, la Sociedad Anticancerosa de Venezuela (SAV) destaca que una nutrición adecuada no solo ayuda a mantener la energía y fortalecer el sistema inmunológico, sino que también puede reducir los efectos secundarios de la quimioterapia y radioterapia, como náuseas, vómitos y pérdida de apetito.

En conversación con la Licenciada Ana Emilia Sojo, nutricionista de la SAV, se da a conocer algunos de los mitos más comunes sobre la nutrición en esta etapa crucial.

Alimentos aliados

Según la Licenciada Sojo, “los alimentos más beneficiosos son aquellos que le ayuden a mantener un buen aporte de proteína y energía, además de antioxidantes, fibra, prebióticos y probióticos”. Estos últimos, explica la especialista, son clave para mantener un microbiota intestinal saludable y mejorar los síntomas gastrointestinales asociados a algunos tratamientos, como náuseas, vómitos y diarrea.

La proteína, fundamental para la reparación de tejidos, debe estar presente en cada comida. Fuentes como pollo, carne magra, pescado, huevos y productos lácteos son ideales. Los hidratos de carbono complejos, presentes en tubérculos, leguminosas y cereales integrales, aportan la energía necesaria. “Incluir la proteína es importante para evitar posibles deficiencias nutricionales, como: deficiencia de hierro, calcio y zinc y vitaminas D, B12”, explicó la nutricionista de la SAV.

Añadió que, las frutas y verduras, especialmente las de colores vibrantes, son una fuente rica en vitaminas, minerales y antioxidantes. Los frutos secos, semillas y aceites saludables como el de oliva complementan una dieta equilibrada.

RECOMENDACIONES

La nutricionista de la SAV advierte sobre los alimentos ultraprocesados, altos en calorías, azúcares simples, sodio, grasas saturadas y grasas trans. Estos componentes, presentes en bebidas azucaradas, galletas, pastelería y comidas rápidas, pueden interferir en la recuperación y aumentar el riesgo de complicaciones cuando se padece una enfermedad oncológica.

La Licenciada Sojo enfatiza que cada paciente es único y requiere un plan de alimentación personalizado. “Más que una dieta especial, el paciente oncológico debe hacer un cambio de estilo de vida que perdure después del tratamiento”, señala.

Por lo tanto, considera que es crucial que el paciente con cáncer acuda a un profesional de la nutrición para que le diseñe un plan de alimentación adaptado a sus necesidades, gustos y tolerancia.

Este plan debe cubrir sus requerimientos nutricionales, ayudarle a mantener su peso y a tolerar mejor los tratamientos y sus efectos secundarios.

Además de una dieta balanceada, la nutricionista recomienda mantener una buena hidratación, realizar actividad física de acuerdo a las recomendaciones médicas y descansar adecuadamente.

Agencias