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** La diabetes no afecta solo al cuerpo, impacta el bienestar emocional, la salud mental y la calidad de vida de quienes la padecen
CIUDAD MCY.-En el Día Mundial contra la Diabetes, miles de personas alzan sus voces para visibilizar una lucha cotidiana que pocos ven, la de quienes conviven con una enfermedad crónica y silenciosa, pero implacable, que transforma sus vidas y exige una fuerza inquebrantable.
Este 14 de noviembre no solo es un recordatorio de la importancia de la prevención y el diagnóstico temprano, sino también un llamado a la empatía y al acompañamiento de las personas que enfrentan cada día los retos de vivir con diabetes. La batalla de un cambio de vida forzado.
A los 12 años, ¨la diabetes cambió mi vida…¨
Héctor Gil, un joven periodista de 23 años, ha decidido compartir su testimonio marcado por su diagnóstico de diabetes tipo 1 a los 12 años. Desde pequeño, ha enfrentado los desafíos de esta enfermedad crónica, adaptándose a una nueva forma de vida que lo ha convertido en un ejemplo de superación.
A una edad complicada en la que el infante suele estar en pleno proceso de crecimiento y aprendizaje, Héctor recuerda que el choque de la noticia fue bastante complicado.
Para un niño como él, acostumbrado a la cotidianeidad, el no poder comer habitualmente lo que quería fue impactante. «Lo más cotidiano que tiene un venezolano es comer arepa, y yo no podía hacerlo», confesó.
A pesar de los retos iniciales, ha aprendido a manejar su diabetes de manera efectiva, el proceso de adaptación y aprendizaje, que incluye inyectarse insulina cuatro veces al día, el acompañamiento de cerca un grupo de profesionales como nutricionistas y endocrinólogos, le han enseñado a llevar una vida saludable y equilibrada, sustituyendo alimentos tradicionales por opciones más compatibles con su tratamiento.
El testimonio de Gil se destaca por su mensaje positivo: «La diabetes no es una enfermedad, es una condición de vida, cualquier condición no te define, lo que te define como persona es tu talento, tu personalidad, porque eso es lo que realmente vale, la diabetes forma parte de ti, pero no te representa. Una condición no te define, y la vida no se acaba», enfatizó.
El comunicador sigue adelante con su carrera profesional, demostrando que, a pesar de las dificultades, siempre es posible encontrar formas de sobrellevar las adversidades.
Una lucha diaria
Juana Colmenares, una ama de casa de 72 años, cuenta con serenidad lo que significó para ella ser diagnosticada con diabetes tipo 2.
“Es una enfermedad que, de alguna forma, siempre está ahí, recordándote que no puedes bajar la guardia. Cambié mi alimentación, mis horarios, mis prioridades. Aunque me he acostumbrado, el miedo nunca se va”, comparte, demostrando la carga emocional de vivir con la enfermedad.
Para ella, no es solo un diagnóstico, sino un compromiso constante consigo misma. “No es fácil. Cada día pienso en cómo lo estoy manejando, y aunque trato de ser fuerte, hay momentos en los que siento que necesito que los demás comprendan lo que significa vivir así. No es solo la dieta o la medicación; es el saber que estás en una cuerda floja, siempre cuidándote de un paso en falso”.
Asimismo, Andrés Sánchez de 47 años, vive con diabetes tipo 2 desde los 37. Ha cargado con esta condición y ha aprendido a manejar la insulina como parte de su vida diaria. Sin embargo, cuenta la presión que esto representa.
“Para mí, la insulina es indispensable, pero el precio de los suministros a veces es una carga. Más allá del control físico, hay una carga emocional muy fuerte. Cada pinchazo, cada control de glucosa es un recordatorio de mi vulnerabilidad. Te hace valorar la vida, pero también es un recordatorio constante de tus límites”, mencionó.
Andrés enfatiza la importancia de la comprensión de quienes le rodean. “A veces, un comentario sobre lo que debo o no debo comer, o el hecho de que me sienta diferente, me afecta. No buscamos lástima, solo que entiendan que es una carga que llevamos cada día”.
Por su parte, Pedro Moncada diagnosticado con diabetes tipo 2 a los 22 años, ha encontrado en el ejercicio y la alimentación consciente un camino para vivir con su enfermedad.
A sus 26 años, ha convertido lo que antes era una carga en una forma de vida. “Recuerdo cuando me dijeron que tenía diabetes tipo 2. Me sentía muy frustrado, pensé que mi vida iba a cambiar por completo, y no precisamente para mejor. Pero entendí que tenía dos opciones, rendirme o adaptarme y afrontar”.
Desde entonces, Pedro adoptó un estilo de vida que no solo le ha permitido controlar su diabetes, sino que le ha dado una nueva perspectiva. “Me entreno casi a diario y sigo una dieta estricta, pero no como un castigo, sino porque me hace sentir bien. La diabetes me enseñó a escuchar a mi cuerpo, a entenderlo y cuidarlo como nunca. Hoy veo estos hábitos como parte de mí, y aunque hay días difíciles, la satisfacción de saber que puedo vivir plenamente me da fuerza para seguir adelante”.
Para Moncada, la diabetes sigue siendo un reto, pero también una oportunidad de llevar una vida más consciente y plena.
“No soy invencible, pero he aprendido a ver la enfermedad desde otro ángulo. Quiero que otros vean que, con dedicación y apoyo, la vida con diabetes puede ser saludable y feliz. Si tuviera que dar un consejo, diría que el cuerpo responde al cariño y a los buenos hábitos, es cuestión de paciencia y constancia”, concluyó.
Con conocimiento y cuidado, la diabetes no te detiene
La Federación Internacional de Diabetes (FID) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) hacen un llamado global no solo para informar sobre la enfermedad, sino para recordarnos la importancia de una sociedad más solidaria.
La diabetes no afecta solo al cuerpo, impacta el bienestar emocional, la salud mental y la calidad de vida de quienes la padecen, no se trata solo de cifras ni de tratamientos, se trata de personas, de seres humanos que buscan vivir con dignidad y respeto.
En cada ciudad, en cada hogar, hay personas que, como Juana, Héctor, Andrés y Pedro, luchan contra este padecimiento, gestionando sus emociones y enfrentando los desafíos diarios de una enfermedad crónica.
En este Día Mundial de la Diabetes, recordemos que, más allá de cifras y campañas, están ellos, los verdaderos protagonistas, que esperan nuestra comprensión y apoyo.
LUIGHER HERNÁNDEZ (PASANTE)