***Danzar actualizamos las vidas, los mundos, que transcurren en nosotros, durante nosotros. Cuando danzamos, una vida transcurre, y transcurre sin premeditación, sin argumentación previa, a través del cuerpo***
CIUDAD MCY.-Desde el principio de los tiempos, la danza, el baile ha sido para la humanidad un rito sagrado; a través de esos movimientos armónicos, el cuerpo se comunica con los elementos que rigen el planeta, con las divinidades que los guían, con las fuerzas que le insuflan vida.
Es la fuerza de la vida la que emana del baile, la energía que se transforma e ilumina nuevas formas de vida y diálogo con lo inefable.
Bien o mal, el cuerpo que se somete al ritmo que fluye en el aire es conducido por las fuerzas ancestrales de los vientos, por el movimiento indetenible del planeta: cantan las esferas y en su canto el cuerpo conducido se abre a una nueva forma de vida: Ave Fénix renaciendo de sus cenizas.
A través del baile, un grupo de mujeres documentaron su renacer el pasado sábado 16 de agosto en el Teatro Municipal de Valencia. Damas de edades heterogéneas, todas sobrevivientes del cáncer en sus distintas afecciones, demostraron que no es sólo el talento lo que las hace subir a un escenario y danzar al ritmo de la música enfundadas en sus rosados atuendos: sino la vida misma, perdida y ganada nuevamente después de una lucha feroz.
Ejemplo de vida y constancia, estas damas de distintas cronologías, disímiles experiencias, variados hábitos, se juntaron para dar lo mejor de sí en una vivencia que nada tuvo de fácil, ni grata, ni esplendorosa como no fuera el reto de darse a sí mismas, y a los espectadores que las acompañaron durante la función, lecciones de voluntad y enseñanzas de vida para trascender los ingratos momentos que nos depara la existencia.
«Bailar: el documental II» y el florido espectáculo sobre la escena pueden contarse como una prueba fehaciente de lealtad hacia la vida y sus vicisitudes, de fortaleza ante la adversidad, una muestra de amor para este mundo herido de muertes innecesarias.
Va para todas ustedes, hermosas damas, y para todos los que hicieron posible este encuentro en el Teatro Municipal de Valencia, mis respetos, mi admiración, mi cariño y mi eterna gratitud.
Ciudad Valencia
