CUIDAD MCY.-En 2025, el Ministerio de Agricultura de Brasil aprobó 725 nuevos plaguicidas, estableciendo un nuevo récord de autorizaciones. Este alto volumen se produce el mismo año en que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva firmó el Programa Nacional de Reducción de Agrotóxicos (Pronara), que establece directrices para reducir el uso de estos químicos.

La aprobación es atribuida a la Ley 14.785/2023 o “paquete veneno”, que flexibilizó las regulaciones y debilitó el papel de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) e Ibama. Jakeline Pivato, de la Campaña Permanente Contra los Plaguicidas, considera que el Ministerio de Agricultura se convirtió en una «oficina de registro de venenos».

La asesora jurídica de la organización Terra de Direitos, Jaqueline Andrade, señala que el mercado de agrotóxicos en Brasil genera miles de millones de reales con la colaboración del Estado. Advirtió que la población sufre las duras consecuencias de esa política, con severos impactos en la contaminación del agua y los alimentos.

A juicio de Andrade, Brasil es un «verdadero vertedero químico» envenenado, donde las estructuras gubernamentales actúan a favor de la agroindustria. Pivato señaló que, en lugar de moléculas nuevas y menos tóxicas, se ven nuevos registros de moléculas antiguas como el glifosato y la atrazina, ya comprobadas como carcinógenos por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Entre los diez pesticidas más utilizados en Brasil, siete están prohibidos en otros países por su relación con enfermedades graves. La atrazina es objeto de una Acción Civil Pública por parte del Ministerio Público Federal de Mato Grosso do Sul (MPF-MS), tras demostrarse la contaminación en los ríos Dourados y Paraguay.

FUENTE TELESUR | FOTO CORTESÍA