****Es una terapia no farmacológica que utiliza la música para estimular las funciones cognitivas, sensoriales y motoras de las personas

CIUDAD MCY.- La música es una forma de expresión universal que puede trascender las barreras del lenguaje, la cultura y el tiempo. Además, es una poderosa herramienta terapéutica que puede ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas que padecen trastornos neurocognitivos, como el Alzheimer.

En la residencia y centro integral para adultos mayores dependientes Hogar La Ponderosa reciben clases de música una vez a la semana y durante ese tiempo hacen una conexión con los recuerdos más felices de sus vidas.

«Desde un principio me dijeron que los objetivos aquí no son musicales, en el sentido de que las personas no iban a salir tocando un instrumento. Me alertaron que ellos no recuerdan nada, que cada vez que llegara los jueves me preguntarían mi nombre», indicó Maximiliano Catoni, profesor de música.

La musicoterapia es una disciplina que utiliza la música y sus elementos (sonido, ritmo, melodía y armonía) para facilitar y promover la comunicación, el aprendizaje, la movilización, la expresión y la integración sensorial de las personas.

Es un gimnasio para el cerebro, porque ayuda a mantenerlo activo y saludable. La música estimula las emociones, los sentidos y las capacidades cognitivas de las personas con trastornos neurocognitivos, mejorando su autoestima, su comunicación y su integración social. La música es una fuente de alegría y esperanza para estas personas y sus familias.

La música rehabilita

La Organización Mundial de la Salud (OMS) realizó un estudio a gran escala sobre los lazos entre el arte, la salud y el bienestar, con resultados que apuntan a exaltar esos beneficios, entre los que destacan el control del estado de ánimo.

Escuchar música controla el nivel de glucosa en la sangre, mejora el sistema inmunitario y la gestión del estrés, mientras bailar proporciona beneficios en todo el cuerpo y la mente.

Los científicos dicen que el sonido es lo primero que percibe el ser humano con tan sólo 16 semanas de gestación, y también lo último que se deja de percibir al final de la vida. Se usa incluso en las unidades de niños prematuros, para modular parámetros como el ritmo de la respiración, la frecuencia cardíaca, la calidad del sueño o la propia temperatura del bebé.

Diversos estudios han demostrado los efectos positivos de la musicoterapia en las personas con trastornos neurocognitivos, que podría reducir la sintomatología psicológica-conductual y cognitiva de los pacientes con trastornos.

AGENCIAS