***Más allá de los incendios, su labor es un pilar fundamental de prevención y seguridad, desde rescates en catástrofes naturales hasta la concientización de los ciudadanos
CIUDAD MCY.- Cada 20 de agosto, Venezuela celebra con orgullo y honor el Día Nacional del Bombero, fecha que se tomó para reflexionar sobre la valentía, dedicación e importancia de los hombres y mujeres que integran el cuerpo para la sociedad.
Muchas personas consideran que resulta momento de aplaudir la gallardía, reconocer los sacrificios y recordar que su labor no es únicamente extinguir llamas.
El día no se escogió al azar, pues, en el año 1972 se realizó el Primer Congreso Bolivariano de Bomberos, en la ciudad de Maracaibo, estado Zulia. El histórico evento reconoció el lado profesional y humano del organismo, de allí se estableció la data como día conmemorativo.
Como información de interés colectivo, la decisión tuvo un antecedente clave: el Congreso Suramericano de Jefes y Oficiales del Cuerpo de Bomberos (1953), en el que previamente se había establecido honrar a los “traga humo” de Latinoamérica.

¿QUÉ HACEN LOS BOMBEROS EN VENEZUELA?
Al pensar en los bomberos, lo primero que viene a la mente son los incendios. Si bien mitigarlos es una de las tareas que llevan a cabo, no es la única. En tierras criollas cumplen un papel con mayor amplitud, al recibir una educación y entrenamiento destinado a enfrentar cualquier emergencia.
Dentro del territorio nacional, es un órgano de prevención, protección, investigación, control y extinción de siniestros, así como de rescate, salvamento y emergencias pre hospitalarias.

DECISIÓN Y VOCACIÓN
Escoger una profesión en la que tu vida peligra por salvar la de alguien más no es una decisión fácil, pues conlleva esfuerzo, dedicación, pero sobre todo vocación al servicio.
El comandante del Cuerpo de Bomberos del estado Aragua, general Pedro Olivo, exaltó el amor y compromiso de quienes integran estas filas.
“Es un órgano fortalecido, con personas integrales dispuestas cumplir cualquier tarea”, aseveró.
Si bien la misión a nivel internacional es la misma, los “traga humo” venezolanos se caracterizan por valores como la operatividad, justicia, empatía, humildad, solidaridad y responsabilidad.
HISTORIAS DE VIDA
Ser bombero no es una tarea sencilla, resulta un trabajo demandante, en el que la línea de la vida profesional y personal se borra fácilmente. No obstante, los funcionarios logran superar cualquier barrera.
Capitán Emily Campero, destacada en el Departamento de la Brigada Motorizada Grumae: “a pesar de no tener mucho tiempo, incluyo a mis familiares al Cuerpo de Bomberos. Por las noches o temprano en la mañana veo a mi hijo y nos mantenemos en contacto por teléfono todo el día”.
Teniente Ramón Torres, adscrito a la Dirección de Capacitación Técnica y Comunitaria: “decidí ser parte de la fila del Cuerpo de Bomberos una vez cumplí mi tiempo en el bachillerato, porque consideré que esta era una de las mejores opciones para servir al pueblo venezolano; integré el área de combate contra incendios, me desarrollé en el campo de la medicina pre hospitalaria. Mi familia forma parte también de esta institución, han dividido parte de su tiempo para apoyarme en esta hermosa carrera, y permitirme estar en las fechas importantes, tanto para el ente como para la sociedad”.

FORMACIÓN A LA GENERACIÓN DE RELEVO
En el país existen varias opciones de profesionalización, siendo la principal institución la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad (UNES), que ofrece el Programa Nacional de Formación (PNF) en Ciencias del Fuego y Seguridad contra Incendios.
El programa forma a profesionales con conocimientos teóricos y prácticos para desempeñarse en el campo de la prevención y extinción de incendios.
VISIÓN CIUDADANA
Habitantes de la ciudad de Maracay los consideran héroes sin capa. En un recorrido por el casco central, algunos de ellos dieron sus impresiones:
Isaac Peña los describió como “un pilar fundamental en la gestión de desastres”, algo demostrado en el control de incendios del Parque Nacional “Henri Pittier”, las tragedias de El Castaño y Las Tejerías.
Héctor González mencionó que desde su llegada a la entidad, hace poco más de dos décadas, ha observado “la vocación de servicio, arriesgan su propia vida para salvar la de otros, y eso es algo que merece todo nuestro respeto y admiración”.
THAIMARA ORTIZ / FOTOS JUAN ZAPATA
