En un mundo digitalizado, las plataformas se han trasformado en un nicho donde es posible manipular toda información para polarizar contenidos y magnificar sesgos algorítmicos; por ello, la represión digital subyace tras la aparente libertad de expresión en el ámbito informático
CUIDAD MCY.-En las redes sociales funcionan los algoritmos, constructos informáticos conformados por fórmulas y secuencias de instrucciones que determinan cuáles contenidos se muestran. Estos tienen la capacidad de filtrar y priorizar la información que llega a cada usuario y decidir qué deben ver.
A simple vista podría pasar por una acción individual, pero la realidad es que estos algoritmos pueden y son utilizados para censurar tendencias o ideologías, favoreciendo unas sobre otras, logrando así un impacto que busca modificar la opinión pública.
La censura digital no se limita a la eliminación de contenido, es más sutil y, por lo tanto, más peligrosa. Esta censura puede tomar la forma de “shadow banning”, un bloqueo en las sombras, donde el contenido de un usuario lo invisibilizan para otros sin que el creador sea notificado, o se disminuya el alcance efectivo de publicaciones que no se alinean con ciertos intereses.
Pero la censura también puede ser más evidente, por ejemplo, se puede aplicar a determinados usuarios o sectores a través del bloqueo o suspensión arbitraria de cuentas, el baneo de contenido, restricción o prohibición de funciones, o la creación de burbujas informativas que limitan la diversidad de opiniones.
Las burbujas informativas, de forma silenciosa, pueden sumergir a las personas filtrando la información que reciben los usuarios y creando un entorno personalizado, mostrando contenido que favorece ciertas tendencias políticas mientras ocultan otras, lo que construye una polarización política al reducir la exposición a diferentes puntos de vista y crear una falsa sensación de aprobación alrededor de ciertas ideas o personas para influir en la percepción y decisiones de los que votan.
INTERESES ECONÓMICOS EN LAS REDES
Para tener una idea de la gravedad de estas prácticas de censura, Facebook, por ejemplo, tiene más de 3 mil millones de usuarios, casi la mitad de los habitantes del planeta, más los usuarios de Instagram y Threads, que es su sistema de comunicación, agrupados en la compañía Meta que opera la iniciativa “Metaverso”, que agrupa unas 50 empresas, entre ellas toda la familia Facebook, así como Visa, MasterCard, Sony, Microsoft y Epic Games. A Meta también se le suma el sistema de mensajería WhatsApp. Detrás de todo esto hay demasiados intereses económicos, muchísimos intereses políticos y la pretensión de dominación neocolonialista.
La censura algorítmica en las redes es unilateral, debido a que no existe un marco legal que regule en las redes la libertad de expresión y el derecho de acceso a la información, y estos son sistemas que pertenecen a grupos internacionales de poder que tienen intereses privados, que responden a políticas imperiales y por tanto inciden en la vida pública, el entretenimiento, la economía, el comercio y la política de las naciones.
CENSURA CONTRA VENEZUELA Y SUS AUTORIDADES
Así, los algoritmos aplican el bloqueo o la censura digital de manera directa e indirecta. En el caso venezolano se ha comprobado la forma descarada en las que estas plataformas digitales por medio de sus funciones o secuencias algorítmicas censuran todo contenido favorable a Venezuela, terreno fértil para la propagación de noticias falsas o fake news.
En una acción de agresión digital, YouTube, red social y plataforma de video online estadounidense, propiedad de Google, eliminó a mediados de septiembre el canal oficial del presidente Nicolás Maduro, que contaba con más de 233 mil suscriptores. Si bien no se confirmó el carácter político del cierre de la cuenta, tampoco puede descartarse. Maduro utilizaba este canal para difundir mensajes institucionales, declaraciones oficiales y alocuciones de interés nacional e internacional.
Ante esta situación, el propio Presidente ha hecho un llamado al pueblo venezolano para vencer esta censura que aplican las redes sociales y elevar los niveles de comunicación, un método organizativo denominado: “Calles, Redes, Medios, Paredes y Radio Bemba”, un nuevo sistema con el que podemos usar las mismas armas de nuestro enemigo, entendiendo que estas redes responden a poderosos grupos y a la doctrina imperial de dominación para enfrentarlos y derrotarlos.
La batalla en las redes sociales se gana de la misma forma que se ganan las elecciones, con el pueblo como una fuerza orgánica para la tarea comunicacional, cada usuario debe ser un soldado presto para el combate, cada equipo telefónico, cada computadora, es un fusil para disparar ráfagas de verdad, de dignidad, para romper la censura y vencer el bloqueo digital.
MARCOS GAVIDIA│FOTO | REFERENCIAL


