Este especial de Ciudad MCY ofrece a sus lectores un viaje histórico, testimonial, lleno de cultura, para mostrar una visión inigualable de los turmereños y su cotidianidad
CIUDAD MCY.- En el corazón del estado Aragua se encuentra la ciudad de Turmero, capital del municipio Santiago Mariño, una tierra llena de historia, transformación y desarrollo. A 405 años de su elevación como parroquia eclesiástica, queremos mostrar a la comunidad venezolana los innumerables aportes, sitios, y cambios que ha experimentado está localidad.
El 27 de noviembre del año 1620 se marcó el hito. Un acto de motivo religioso, administrativo y civil cambió la organización territorial de un antiguo asentamiento indígena, lo que dio inicio a la estructura colonial y pasó al cambio.
La elevación de Turmero a la categoría de parroquia eclesiástica implicó el ordenamiento social, registro de la población, y el inicio de la evangelización sistemática bajo las órdenes de la Corona española.
El proceso se llevó a cabo por decreto directo del Rey, quien a través de sus autoridades en la Capitanía General de Venezuela, instruyó la fundación de nuevos pueblos para congregar y «reducir a la población indígena y a los colonos dispersos”.
TURMERO ECLESIÁSTICO
En el caso de Turmero, el presbítero Gabriel Mendoza fue quien se encargó de la ejecución de esta disposición, y fundó la Iglesia Nuestra Señora de la Candelaria. La edificación del templo significó «la vida del pueblo naciente», una etapa de civilización y avance.
Este evento marco la nueva identidad y una estructura formal de vida, que trascendió lo espiritual, pues la iglesia, al ser el corazón de la parroquia, se erigió como el principal edificio y punto de referencia para la delimitación territorial.
La consolidación del pueblo de Turmero, como parroquia eclesiástica, fue el paso inicial para alcanzar el desarrollo como uno de los núcleos más importantes del Valle de Aragua.
Como dato curioso, el nombre «Turmero» proviene de la palabra «turma» (papa), que se combinó con el sufijo «ero» para referirse a la abundancia de papas en la región.
ARQUITECTURA DEL TEMPLO
Durante siglos, la Iglesia Nuestra Señora de La Candelaria ha sido testigo fiel del entre el ayer y el hoy, así como, centro de la vida turmereña.
Su arquitectura, que en su momento fue considerada un notable ejemplo del arte barroco en construcciones religiosas venezolanas, aún guarda la narración de su fundación, y pese a las diversas remodelaciones su valor patrimonial se mantiene vigente, contándoles a las generaciones cada hito vivido por sus antepasados.
Para los turmereños este icono es el «testimonio físico del momento en que el pueblo adquirió su reconocimiento eclesiástico».
LINEA DEL TIEMPO
La modernización de Turmero, de un pueblo colonial hasta convertirse en un eje urbano e industrial de referencia en todo el país, narra cuatro siglos de grandes hechos y evolución social, económica, cultural, infraestructura y política.
Durante los siglos XVII y XVIII, Turmero se afirmó como un importante centro agrario dentro de los Valles de Aragua, región caracterizada por la fertilidad de sus tierras para el cultivo de cacao, caña de azúcar y posteriormente el añil.
Este desarrollo la posicionó como una localidad clave de la Capitanía General de Venezuela, además, la ubicación estratégica entre Caracas y Valencia la convirtió en un escenario crucial durante las Guerras de Independencia.
La Plaza Santiago Mariño (antigua Plaza Mayor) fue testigo de episodios sangrientos, como la masacre ordenada por José Tomás Boves, un evento que selló el compromiso del pueblo con la causa patriota de Simón Bolívar.
Tras la Independencia, el poblado continuó su crecimiento y fue redefinido administrativamente. Una vez creada la Provincia de Caracas, pasó a ser parte del Departamento de Los Valles de Aragua con la jerarquía de Cantón, incluyendo temporalmente a Cagua y Santa Cruz.
El hito político más significativo del siglo XIX ocurrió en 1848, cuando Aragua se separó de Caracas para convertirse en una provincia independiente, en ese momento, el Cantón Turmero, compuesto por las parroquias de Turmero y San Mateo, lo que ratificó su papel como un núcleo político y agrícola de la nueva entidad.
SIGLO XX
Durante el gobierno del General Juan Vicente Gómez, quien fijó su residencia en la cercana Maracay, marcó un cambio lento pero progresivo.
Si bien la actividad económica se mantuvo predominantemente artesanal y agrícola, la prosperidad regional y la naciente renta petrolera sentaron las bases para una modernización inicial.
Turmero adquirió fama de ser un pueblo pacífico, atrayendo a personas de Caracas y otras ciudades, para establecer residencias vacacionales, iniciando un leve éxodo poblacional y diversificando su perfil social.
La verdadera transformación urbana y económica llegó en la segunda mitad del siglo XX. La cercanía con la ciudad de Maracay convirtió al territorio en parte de un área metropolitana con rápida expansión. Las empresas dedicadas a la agricultura empresarial, seguidas por industrias metalmecánicas y de la construcción, comenzaron a radicarse en la periferia, específicamente en zonas como La Encrucijada.
Este fenómeno generó el auge urbano-comercial, y una concentración poblacional significativa, estableciendo las bases de la ciudad actual.
AUTONOMÍA MUNICIPAL
Un cambio fundamental en la estructura administrativa se dio en el año 1991 con la Ley de División Político-Territorial, que estableció oficialmente el Municipio Santiago Mariño, del cual Turmero fue designada capital.
Este cambio le otorgó una mayor autonomía en la toma de decisiones. A la fecha, Turmero es una de las ciudades con mayor índice de población del estado, y funge como un eje económico y de servicios dentro de la región central.
El crecimiento se manifiesta en la densificación del casco central y el desarrollo de nuevas urbanizaciones que la han fusionado físicamente con Maracay, aunque conservando su legado histórico, visible en sitios como la Iglesia Nuestra Señora de La Candelaria y el Samán de Güere.
ORGULLOSOS DE SER TURMEROÑOS
En un recorrido por el casco central, los habitantes de Turmero describieron el orgullo de pertenecer a una de las ciudades más importantes del área metropolitana.
Ana Lacava llegó desde Puerto Cabello a esta ciudad aragüeña hace ya varias décadas. Para ella, el sitio se convirtió en su nuevo hogar, uno con «gente humilde, cariñosa y cordial».
Miriam Castillo sí es oriunda del municipio Santiago Mariño, y orgullosamente lo describe como «un lugar único, una ciudad alegre, con buenas fiestas, lleno de oportunidades para trabajar».
Carmen Rodríguez, mencionó que Turmero le abre sus puertas a todo aquel que desee «vivir en tranquilidad, aquí sobra la unión vecinal».
Carlos Guzmán, alcalde de la jurisdicción: «somos gente trabajadora, a las 5 de la mañana las paradas ya están llenas de gente dispuesta a transformar el país; somos creativos, cálidos, amables, personas cargadas de voluntad».
THAIMARA ORTIZ | FOTOS : CORTESÍA


