Con la participación de la vicepresidenta ejecutiva de la República Bolivariana de Venezuela, Delcy Rodríguez, y el ministro de relaciones exteriores, Yván Gil, este jueves se realizó en Caracas un acto para conmemorar el Día Internacional contra las Medidas Coercitivas Unilaterales.
Representantes de las Naciones que conforman el Grupo de Amigos en Defensa de la Carta de las Naciones Unidas y miembros del cuerpo diplomático acreditados en Venezuela, estuvieron presentes también en la ceremonia, donde la alta funcionaria gubernamental ratificó, a nombre de las naciones agredidas, el repudio a este mecanismo ilegal.
“Me complace participar, hoy, para elevar la voz de los 31 países que son víctimas de medidas coercitivas unilaterales, medidas que nuestros países no reconocemos”, expresó Rodríguez. La vicepresidenta explicó que, en lo concerniente a Venezuela, no se reconocen estas medidas coercitivas porque supondría aceptar la aplicación de jurisdicciones extraterritoriales distintas a la venezolana.
Precisó que estas medidas coercitivas son, precisamente, unilaterales, porque buscan la aplicación violenta e ilegítima de otra jurisdicción para promover la política del «brazo largo». Destacó que son medidas que no reconoce el Consejo de Seguridad de la ONU y denunció que las agresiones y las sanciones son un chantaje político dirigido hacia aquellas naciones que no están alineadas con los mandatos hegemónicos.
El canciller Gil, por su parte, advirtió que estas medidas son ilegales “y constituyen una agresión tan dañina como la guerra convencional, que convierte a los pueblos de las naciones del Sur Global en objetivos de la guerra económica”.
El alto diplomático venezolano señaló que el incumplimiento de la Carta de las Naciones Unidas amenaza la paz de los países. Ejemplificó que esta violación se ve reflejada en el genocidio hacia el pueblo palestino por parte de Israel, el bloqueo criminal hacia Cuba y la amenaza militar en el Caribe por parte de EE. UU., la cual no solo amenaza a Venezuela, sino a todos los países de la región.
Además, Gil reclamó la vulneración del derecho al desarrollo y la prosperidad económica con el uso de este despreciable mecanismo de coacción, con la intención de imponer cambios de régimen y someter a las instituciones soberanas de las naciones.
“¡Basta de Medidas Coercitivas Unilaterales!”, culminó el mensaje.
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