CIUDAD MCY.- China pidió a la comunidad internacional exigir conjuntamente que Japón paralice su vertido de agua radiactiva de la central nuclear siniestrada Fukushima Daiichi al océano.

Es «para evitar causar daños y riesgos impredecibles al entorno marino y la salud y bienestar de las personas en todo el mundo», dijo Geng Shuang, sub-representante permanente de China ante la ONU, a la Asamblea General del organismo, citado por la agencia Xinjua.

«El vertido del agua radiactiva tiene implicaciones transnacionales y de ninguna manera se puede considerar un asunto privado de Japón. Es extremadamente egoísta e irresponsable por parte de Japón ignorar los intereses generales y transferir abiertamente el riesgo de contaminación nuclear al mundo entero, incluidos los países insulares del Pacífico», declaró Geng.

Remarcó la existencia de serias preocupaciones sobre el impacto del vertido en el ecosistema marino, la seguridad alimentaria y la salud humana. La legitimidad, legalidad y seguridad de la decisión de la parte japonesa ha sido ampliamente cuestionada por la comunidad internacional.

Refiriéndose a que tanto el representante japonés ante la ONU como el Gobierno de Japón se siguen remitiendo al último informe de evaluación de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), Geng insistió en que no se trata de una recomendación ni aprobación del organismo sobre la decisión del Gobierno japonés, tal y como ha reiterado en numerosas ocasiones el jefe de la AIEA.

«Lo que argumenten y cómo lo expongan no va a cambiar el hecho de que, en los próximos 30 años, Japón descargará millones de toneladas de agua contaminada al océano Pacífico; ni cambiará el hecho de que eso supondrá un riesgo enorme para el medioambiente o la salud humana, entre otros», denunció el embajador chino.

La planta nuclear de Fukushima Daiichi fue destruida en marzo de 2011, tras un devastador terremoto de 9.0 grados, que provocó varios tsunamis, los cuales desencadenaron la fusión del núcleo de tres de sus reactores, siendo uno de los peores desastres nucleares de la historia.

Pese a la fuerte oposición doméstica e internacional, Japón comenzó a verter el jueves agua radiactiva de la planta al océano Pacífico.

AVN