CIUDAD MCY.- Los primeros compases de una temporada suelen transcurrir con un aroma y sabor especial para todas las personalidades que, de alguna forma, guardan relación con la Liga Venezolana de Beisbol Profesional. Desde los aficionados, que son la razón de ser de los ocho equipos, hasta cada persona ligada al circuito, comparten una inevitable aceleración en los latidos cardíacos cuando el día de inicio llega. Los jugadores no escapan de esa humana realidad, especialmente los más jóvenes; aunque hacer algo de historia, quizás, les aligere las cargas.

El fin de semana inaugural de la ronda eliminatoria 2023-2024 fue el momento propicio para muchas primeras veces, un escenario característico en los albores de cada contienda marcada por una ola de impetuosos debutantes. Sin embargo, este comienzo de campaña en particular, inscribió en los libros a los bateadores Jesús Bugarín (Caribes de Anzoátegui), Carlos Narváez y José Peroza (ambos de Cardenales de Lara), además de Víctor Bericoto (Navegantes del Magallanes), quienes se combinaron para registrar la primera ocasión desde 1986 que más de dos peloteros conectaron jonrón en su primer juego en la LVBP, en una misma zafra.

Sólo dos días en el naciente calendario regular bastaron para que ocurriera un hecho inédito en los 37 torneos más recientes. El grupo de cuatro paleadores se encargó de hacer añicos la marca compartida por las duplas Willians Astudillo (Caribes) e Ylexander Villaroel (Águilas del Zulia), en la 2014-2015; Joshua López (Bravos de Margarita) y Luis Ortega (Tigres de Aragua), en la 2016-2017; David Rodríguez (Margarita) y Leobaldo Piña (Leones del Caracas), en la 2017-2018; Oscar Campos y Kenedy Corona (ambos con Águilas), en la 2020-2021; Juan Fernández y Rafael Marchán (ambos con Tiburones), en la 2021-2022; y José Tello (Magallanes) junto a Ronald Acuña Jr. (Tiburones), en la 2022-2023.

El sábado, Bugarín se encargó de inaugurar la cuenta de bisoños en este certamen con un vuelacerca de tres carreras, que dejó cifras definitivas al contundente triunfo de Caribes contra Leones, en el Estadio Monumental Simón Bolívar. Tan inmenso como el feudo capitalino, resultó ser el sentimiento del recluta.

“No diré que la vi clara (refiriéndose a la pelota), porque en realidad estaba acelerado en los primeros turnos. Buscaba un pitcheo y Eliézer (Alfonzo, asistente al coach de bateo) me dijo: ‘relájate, no te apures’”, reveló el jardinero en declaraciones difundidas por el departamento de prensa oriental. “Luego de que di el primer hit, volví a fallar en el siguiente turno, y Eliezer volvió a decirme que me calmara. En ese momento, di el jonrón. Estoy feliz. Desde niño me vi jugando aquí. Le dije a mi mamá que iba luchar en esto, porque yo soy un guerrero. Ella es mi orgullo”.

Un poco después al emotivo estreno de Bugarín, siguió el de Narváez, con Cardenales de Lara. El receptor empalmó un envío del experimentado Yénder Cáramo y la dirigió por encima de la valla del jardín izquierdo en el Estadio Antonio Herrera Gutiérrez, para aderezar el lauro crepuscular frente a Bravos de Margarita.

PRENSA LVBP