CIUDAD MCY.- Políticos, activistas de izquierda y del movimiento antirracista invadieron el 7 de febrero una iglesia católica en la ciudad brasileña de Curitiba (sur) para protestar contra la violencia, pero el acto acabó ganando repercusión nacional después del malestar que le causó al presidente Jair Bolsonaro.

Las puertas de la iglesia de Nuestra Señora del Rosario se vieron atravesadas de banderas, pancartas y megáfonos de decenas de miembros del Partido de los Trabajadores (PT) y del Partido Comunista de Brasil (PCB). La inusitada manifestación pedía justicia por dos jóvenes negros que fueron asesinados en Río de Janeiro.

Horas antes, un refugiado congoleño había sido asesinado a golpes en una playa de la ciudad cuando reclamaba el salario atrasado que se le debía, y un ciudadano brasileño fue tiroteado por su vecino, un sargento de la policía que dijo haberlo confundido con un delincuente, algo que tristemente forma parte de la realidad de las periferias y favelas del país.

Pero el tema de la protesta pasó desapercibido. En el video que se ha hecho viral, y que el propio Bolsonaro compartió en Twitter, los manifestantes entran de forma pacífica en el templo, aunque dejan desconcertados a los fieles con sus cánticos y pancartas, reseña el portal web de Sputnik.

«Creyendo que tomarán el poder de nuevo, la izquierda vuelve a mostrar su verdadera cara de odio y desprecio a las tradiciones de nuestro pueblo; si esos marginales no respetan la casa de Dios, un lugar sagrado, y ofenden la fe de millones de cristianos, ¿a quién van a respetar?», apuntaba Bolsonaro en Twitter.

Uno de los impulsores de la protesta, el concejal Renato Freitas, del PT, explicaba en sus redes sociales que la decisión de entrar en la iglesia se dio porque el cura y otras personas «intentaron hacer callar» su acto pacífico, y lamentó que se estén divulgando informaciones falsas y fragmentos de video sin el adecuado contexto.

A pesar de las explicaciones, el video corrió como la pólvora en Internet y fue más allá de las burbujas bolsonaristas. El exministro de Justicia y exjuez Sérgio Moro, tercer colocado en las encuestas de cara a las elecciones de este año, también se hizo eco y calificó de «absurda e indignante» la invasión.

A Moro la polémica le vino como anillo al dedo, dado que el lunes 7 presentó en un acto multitudinario su «Carta de principios a los cristianos», donde se compromete a mantener los beneficios fiscales de las iglesias y a no tocar temas como el aborto. Para Moro, acercarse al electorado cristiano conservador, sobre todo a los evangélicos, es clave para arañarle votos al «bolsonarismo».

A Bolsonaro la protesta también le sirvió para movilizar a su base, señalando ya por dónde irán los tiros en la campaña electoral que se avecina: aprovechar cualquier tropiezo de la izquierda para presentar al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011) y sus aliados como una amenaza a las costumbres y los valores cristianos, de la familia, entre otros.

Información VTV