CIUDAD MCY.-  El 9 de diciembre de 1979, una comisión mundial certificó que la viruela había sido erradicada. Dicha declaración fue oficialmente aceptada y divulgada en la 33ª Asamblea Mundial de la Salud en 1980, cuando el Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró oficialmente que «el mundo y todos sus habitantes se han liberado de la viruela».

Esto marcó el final de una enfermedad que había asolado a la humanidad durante al menos tres mil años y que, solo en el siglo XX, acabó con la vida de 300 millones de personas.

En 2020, en pleno desarrollo de la pandemia del Covid-19, Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, dijo que los 40 años de la «victoria de la humanidad frente a la viruela nos recuerda lo que puede lograrse cuando las naciones se unen con el fin de combatir una amenaza común para la salud». Y enfatizó: «Solidaridad más ciencia igual a solución!».

De acuerdo con los datos de la OMS, se acabó con la propagación de la enfermedad gracias a una labor mundial de diez años en la que participaron miles de profesionales sanitarios de todo el mundo para administrar 500 millones de vacunas. Con la erradicación el mundo ahorraría desde 1980 más de mil millones de dólares cada año.

En 2022, durante las últimas semanas, ha surgido una derivación un poco más leve de la viruela (sísmica o del mono) que esporádicamente causa pequeños brotes en África y, aunque se propaga lentamente y es poco probable que sea una pandemia en ciernes, el extraño e inquietante regreso de la enfermedad acapara la atención mundial.

Refiere la publicación en línea de PubMed, que comprende más de 34 millones de citas de literatura biomédica, que la enfermedad conocida como viruela del mono es un «orthopoxvirus con circulación enzoótica en las selvas tropicales de África central y occidental; el virus puede transmitirse a los humanos y causar un síndrome clínicamente similar a la viruela (p. ej., erupción pustulosa, fiebre, síntomas respiratorios)», entre otros.

Este virus fue descubierto en 1958 en una colonia de monos de investigación, pero lo más probable es que sus huéspedes naturales sean roedores y otros mamíferos pequeños. Por primera vez, apareció en humanos en 1970 en lo que ahora es la República Democrática del Congo, bajo sintomas de fiebre, dolores de cabeza e inflamación de los ganglios linfáticos, seguida de una erupción de ampollas llenas de pus que se asemejan a lesiones de viruela.

Los brotes ocurren ocasionalmente en el África subsahariana después de que alguien entra en contacto con un animal salvaje infectado y los viajeros contagiados a veces transmiten la enfermedad a otros países. En 2003, Estados Unidos tuvo 47 casos relacionados con perros de las praderas infectados por otras especies importadas de Ghana.

Refiere la revista cientifica Science, que tanto la vacuna contra la viruela protege contra la denominada viruela del simio, por lo que un número cada vez mayor de personas se han vuelto vulnerables a ésta en los últimos 50 años. A algunos investigadores les preocupa que la viruela del simio pueda evolucionar para llenar el «nicho ecológico» dejado por la viruela. De hecho, los casos notificados han aumentado en África a lo largo de los años y el nuevo brote es el primero que tiene lugar en varios continentes simultáneamente.

Sobre esto, la epidemióloga Rosamund Lewis, líder de la OMS para las enfermedades por poxvirus, aseguró que el virus de la viruela del mono generalmente se propaga por contacto cercano y gotitas respiratorias, pero la transmisión sexual parece estar contribuyendo a este brote. «Esto no es típico en absoluto», declaró y añadió: «Definitivamente deberíamos estar preocupados por esta nueva situación, que literalmente acaba de ocurrir en los últimos días».

El Grupo Asesor Estratégico y Técnico de la OMS sobre Peligros Infecciosos con Potencial Pandémico y Epidémico se reunió para desarrollar recomendaciones que van desde la necesidad de una vigilancia más agresiva hasta el uso de vacunas contra la viruela del simio.

Detallan los expertos que las vacunas, que previenen la enfermedad, se usan hasta cuatro dias después de que una persona estuvo expuesta al virus. También podrían usarse para proteger a los contactos de casos sospechosos o confirmados de viruela del simio. Hasta el momento, ningún país ha anunciado planes para hacerlo.

Información AVN